Por Alexander Dugin
En esta difícil hora de serios
problemas en nuestras fronteras occidentales, me gustaría dirigirme al pueblo
estadounidense con el fin de ayudarle a comprender mejor la posición de
nuestros patriotas rusos, que es compartida por la mayoría de nuestra sociedad.
Diferencia entre los dos
significados de ser estadounidense (desde el punto de vista ruso)
1. Nosotros distinguimos entre
dos cosas diferentes: el pueblo Estadounidense y la élite política
estadounidense. Amamos sinceramente al primero y odiamos profundamente a la
segunda.
2. El pueblo estadounidense tiene
sus propias tradiciones, hábitos, valores, ideales, opciones y creencias que le
son propias. Éstas conceden a cada uno el derecho a ser diferente, a elegir libremente,
a ser lo que uno quiera ser y pueda ser o llegue a convertirse. Es una
característica maravillosa. Da fuerza y orgullo, amor propio y confianza.
Nosotros los rusos admiramos eso.
3. Pero la élite política
estadounidense, sobre todo a nivel internacional, es y actúa totalmente al
contrario de esos valores. Ellos insisten en la conformidad y consideran el
estilo de vida norteamericano como algo universal y obligatorio. Ellos niegan a
otros pueblos el derecho a la diferencia, imponen a todos los estándares de la
llamada “democracia”, el “liberalismo”, los “derechos humanos”, etc., que en
muchos casos no tienen nada que ver con el conjunto de valores compartidos por
la sociedad no-occidental o simplemente no-estadounidense. Hay una
contradicción obvia entre los ideales internos y los estándares de Estados
Unidos. A escala nacional el derecho a la diferencia está asegurado, pero
internacionalmente es negado. Así, pensamos que algo anda mal con la élite
política estadounidense y sus dobles estándares, donde los hábitos se
convirtieron en las normas y las contradicciones son tomadas como lógicas. No
podemos entenderlo, ni tampoco podemos aceptarlo: parece que la élite política
estadounidense no es estadounidense en absoluto.
4. Entonces, aquí está la contradicción:
el pueblo estadounidense es esencialmente bueno, pero la élite estadounidense
es esencialmente mala. Lo que sentimos con respecto a la élite estadounidense
no debería ser aplicado al pueblo estadounidense y viceversa.
5. A causa de esta paradoja no es
tan fácil para un ruso expresar correctamente su actitud hacia los Estados
Unidos. Podemos decir que lo amamos, y podemos decir que lo odiamos, porque
ambas afirmaciones son verdaderas. Pero no es fácil expresar siempre esta
distinción claramente. Esto crea muchos malentendidos. Pero si usted quiere
saber lo que los rusos realmente piensan de los Estados Unidos debería tener
siempre presente esta observación. Es fácil manipular esta dualidad semántica e
interpretar el anti norteamericanismo de los rusos en un sentido impropio. Pero
con esta aclaración en mente todo lo que usted escuche de nosotros será mucho
mejor entendido.
Una breve revisión de la
historia rusa
1. La nación estadounidense nació
con el capitalismo. No existía en la Edad Media. Los antepasados de los
estadounidenses no habían experimentado una Edad Media estadounidense, sino una
europea. Ésta es una característica de los Estados Unidos. Tal vez sea la razón
de por qué los estadounidenses piensan sinceramente que la nación rusa nació
con el comunismo, con la Unión Soviética. Pero esta es una idea completamente
errónea. Somos mucho más antiguos que eso. El período soviético fue sólo una
corta época en nuestra larga historia. Existíamos antes de la Unión Soviética y
existimos después de la Unión Soviética. Así, a fin de entender a los rusos (y
a los ucranianos también) usted debería tener en consideración nuestro pasado.
2. Los rusos consideran a Ucrania
como parte de la Gran Rusia. Esto fue históricamente así, no por la conquista
sino por la génesis del Estado ruso que comenzó precisamente en Kiev. Alrededor
de Kiev fueron construidos nuestro pueblo y nuestro Estado en el siglo IX. Es
nuestro centro, nuestra primera amada capital. Más tarde, en los siglos XII-XIII
diferentes partes de la Rusia de Kiev fueron más o menos independientes, con
dos rivales principales: los principados occidentales de Galitzia y Wolyn, y el
principado oriental de Vladimir (que más tarde se convirtió en Moscú). Todas
estas áreas fueron pobladas por la misma nación, eslavos orientales, todos los
cuales eran cristianos Ortodoxos. Pero los príncipes de Occidente estaban más
involucrados en la política europea, y tuvieron un contacto más directo con el
cristianismo occidental y relativamente menos con las ramas orientales. El
título de Grandes Príncipes fue mantenido en el Este por la realeza, los cuales
eran considerados como los señores de toda Rusia (no siempre de facto sino de
jure). En el período mongol, tanto el oeste como el este de nuestros
principados rusos estuvieron bajo el dominio de la Horda de Oro. Rusia Oriental
era más o menos sólida, y su poder creció alrededor de la nueva capital, Moscú.
Después de la caída de los tártaros el gobierno del principado de Moscú se
afirmó a sí mismo como un dominio hegemónico regional que fue confirmado por la
caída del Imperio bizantino. De aquí surge la doctrina de Moscú como la Tercera
Roma.
El destino del área occidental
fue completamente diferente. Fue incorporada primero en un Estado lituano que
más tarde se convirtió en polaco. Los rusos occidentales ortodoxos fueron
puestos bajo dominio católico. Los principados principales anteriores, Galitzia
y Wolyn, fueron fragmentados y perdieron cualquier vestigio de independencia.
Algunas partes estaban bajo Lituania, otras bajo Austria y Hungría, y una
tercera pertenecía a Rumania. Pero todo lo que nos interesa ahora es sólo la
parte oriental de la Ucrania moderna. El lado occidental fue poblado por
cosacos, la población nómada común a todas las tierras de Novorossia, espacio
que incluye el este y el sudeste de Ucrania y el sudoeste de Rusia. Crimea
estaba entonces bajo dominio otomano.
3. El crecimiento del imperio
moscovita integró primero todas las tierras cosacas (Novorossia) y poco a poco
otros territorios poblados por rusos occidentales, liberándolos de los polacos
y de los germanos. Los príncipes moscovitas creían que estaban restaurando la
Antigua Rusia, la Rusia de Kiev, uniendo a todos los eslavos ortodoxos,
orientales y occidentales, en este reino único.
4. Durante los siglos XVIII y XIX
se llevó a cabo la unificación de las tierras rusas occidentales, y tras muchas
batallas los emperadores moscovitas habían arrebatado finalmente Crimea a los
turcos otomanos.
5. En la Primera Guerra Mundial
los alemanes conquistaron las tierras rusas occidentales. Esto no duró mucho
tiempo. Después de eso vino la Revolución de Octubre, y el Imperio fue dividido
en muchas partes, con el nacimiento de nuevas naciones. Hubo un intento de
construir una nación ucraniana por diferentes personas —Petlyura, Makhno y
Levitsky, quienes intentaron fundar tres estados efímeros. Estos estados fueron
atacados por rusos blancos y rojos y lucharon entre sí. Finalmente los
bolcheviques restauraron las tierras del imperio zarista y proclamaron la Unión
Soviética. La Unión Soviética creó luego artificialmente la República de
Ucrania, constituida por Rusia occidental (Galitzia, Wolyn) y Rusia del Sur
(Novorossia). Más tarde, en los años 60 del s. XX, se añadió la República de
Crimea. Así, en esta república fueron unidos tres grupos étnicos principales:
rusos occidentales, descendientes de los principados de Galitzia y Wolyn; la
población de cosacos y de la Gran Rusia de Novorossia; y la Crimea poblada por
rusos de la Gran Rusia y el resto de los tártaros pre-rusos. Esta República
Socialista Soviética de Ucrania fue creada por los bolcheviques y fue el origen
de la Ucrania moderna. Esta Ucrania declaró la independencia en 1991 después de
la división de la URSS. Más que eso, la declaración de independencia provocó
esta división.
6. Así que los ucranianos
modernos tienen tres líneas de descendencia: la ruso occidental, los cosacos,
la gran rusa y una pequeña minoría de tártaros de Crimea.
La identidad ucraniana y las
dos opciones geopolíticas
1. La contradicción de Ucrania
consiste en la multiplicidad de identidades. Justo después de la declaración
del nuevo Estado —la Ucrania moderna, en 1991— surgió la cuestión de la
identidad pan-ucraniana. Tales Estado y nación nunca existieron en la Historia,
así que la nación tuvo que ser construida. Pero las tres identidades
principales eran muy diferentes. La Crimea poblada por rusos de la Gran Rusia,
junto con la mayor parte de Novorossia, fueron claramente atraídos hacia la
Federación Rusa. Los rusos occidentales, por su parte, afirmaron ser el núcleo
de una “nación ucraniana” muy específica que ellos imaginaron a fin de que
sirviera a su causa. Los rusos occidentales, que en parte apoyaron a Hitler en
la Segunda Guerra Mundial (Bandera, Shukhevich) poseían y todavía poseen una
fuerte identidad étnica, donde el odio hacia los rusos de la Gran Rusia (así
como hacia los polacos a menor escala), desempeña un papel central. Esto puede
remontarse a la rivalidad pasada de los dos principados feudales rusos
proyectados en tiempos imperiales, seguido por las purgas de Stalin. Estas
purgas fueron dirigidas contra todos los grupos étnicos, pero los rusos
occidentales las interpretan como la venganza de los rusos de la Gran Rusia
contra ellos (Stalin era georgiano y los bolcheviques eran internacionalistas).
Así que la identidad elegida del recién creado Estado de Ucrania fue
exclusivamente la rusa occidental (puramente estilo Galitzia/Wolyn) sin lugar
para una identidad de Novorossia y de la Gran Rusia.
2. Esta particularidad se expresó
en dos opciones geopolíticas opuestas: occidental u oriental, Europa o Rusia.
Las tierras occidentales de Ucrania estaban a favor de la integración europea,
y las del Este y Crimea a favor de estrechar relaciones con Rusia. Los hombres
de Galitzia eran dominantes en la élite política, presentando una Ucrania con
sólo una identidad —una occidental— y negando cualquier intento del sur y del
este de expresar su propia visión. En la Ucrania occidental el anti-sovietismo
estaba profundamente arraigado, así como cierta complacencia con las ideas de
Bandera y Shukhevich, quienes fueron considerados como héroes nacionales de una
nueva Ucrania. El odio hacia los rusos de la Gran Rusia era dominante, y toda
la retórica xenófoba anti-rusa era saludada con entusiasmo.
3. En el este y el sur los
valores soviéticos eran aún sólidos y la identidad de la Gran Rusia era a su
vez el sentimiento mayoritario. Pero el este y el sur eran pasivos y su poder
político fue limitado. Aún así la población expresaba con regularidad su
elección, votando a políticos pro-rusos o al menos no tan abiertamente
rusófobos o pro-occidentales.
4. El desafío para los políticos
ucranianos era por lo tanto cómo mantener unida esa sociedad contradictoria,
siempre en equilibrio entre estas dos partes opuestas. Cada parte demandó
opciones completamente irreconciliables. Los ucranianos occidentales
insistieron en una dirección europea, y los orientales y los del sur en una
rusa. Todos los presidentes de la nueva Ucrania eran impopulares, casi hasta el
punto de ser odiados precisamente porque eran absolutamente incapaces de
resolver este problema, que no tenía ninguna solución. Si usted complace a una
mitad de la población, inmediatamente es odiado por la otra mitad. En esta
situación, los ucranianos occidentales eran más activos y vigorosos, y en parte
lograron imponer su versión de una identidad pan-ucraniana en todo el espacio
político del país, con la ayuda considerable de Europa occidental, y sobre todo
de los EEUU.
Los acontecimientos y su significado
1. Ahora nos aproximamos a la
crisis actual. La Revolución Naranja de 2004 fue hecha por ucranianos
occidentales que desafiaron la victoria legal de Victor Yanukovitch, que era
considerado el candidato del Este. Una tercera ronda de elecciones (contra
todas las normas democráticas) fue revolucionariamente impuesta a fin de dar el
poder al candidato occidental (Yustchenko). Cuatro años más tarde, las nuevas
elecciones dieron al presidente occidental sólo el 4% de los votos, y el candidato
del Este, Yanukovitch, fue elegido. Esta vez su victoria fue tan obvia que
nadie podía desafiarlo.
2. Yanukovitch dirigió una
política de equilibrio. Él no era realmente pro-ruso, pero tampoco respondió a
todas las demandas de Occidente. No fue muy afortunado ni eficaz, tratando de
engañar a Putin y a Obama, decepcionando a ambos así como a los ucranianos de
cualquier bando. Fue un oportunista sin una verdadera estrategia integral, que
era casi imposible desarrollar en una sociedad con una doble personalidad y una
identidad dividida. Él reaccionó más que actuó.
3. Después, cuando dio un paso
vacilante y reticente hacia Rusia, absteniéndose de firmar el tratado de
preparación para una entrada distante en la Unión Europea, la oposición (los
ucranianos occidentales) se rebeló. Ésa fue la razón de que el Maidan [una
plaza y luego un movimiento] fuera fundado. La rebelión fue inicialmente la del
Oeste contra el Este y el Sur. Así que sus características rusófobas y
nostálgicas de los nacionalsocialistas son esenciales para su existencia.
4. La oposición recibió un enorme
apoyo de los países occidentales, sobre todo de los Estados Unidos. El papel de
los EEUU en todos estos acontecimientos fue decisivo, y la voluntad de los
representantes estadounidenses de derrocar a un presidente pro-ruso se mostró
firme y fuerte. Ahora se conoce el hecho de que los francotiradores que mataron
a la mayor parte de las víctimas en el amotinamiento no eran de Yanukovitch.
Está claro que eran parte del plan de los EEUU para la revolución en Ucrania, y
parte de un complot para intensificar el conflicto.
5. La oposición del Maidan
emprendió la revolución, derrocó a Yanukovitch, quien huyó del país hacia
Rusia, y de manera totalmente ilegal secuestraron el poder en Kiev. Hubo un golpe
de Estado ilegal que llevó al poder a una junta completamente ilegal.
6. Los primeros pasos de los
ucranianos occidentales después de la toma del poder fueron:
— Una declaración de su deseo de
entrar en la OTAN.
— Ataques contra el uso de la lengua rusa.
— Una petición para ser aceptados en la Unión Europea.
— Un rechazo a que Rusia siguiera teniendo una base naval en Sebastopol
(Crimea).
— La designación de magnates corruptos como gobernadores en la Ucrania del Este
y del Sur.
7. En respuesta a estas cosas,
Putin tomó el control de Crimea en base a los decretos del único presidente
legal de Ucrania, Yanukovitch. También recibió del Parlamento ruso la potestad
de desplegar en Ucrania al ejército ruso. Las autoridades de Crimea fueron
reconocidas por Moscú como las representativas de sus tierras, y Putin ha
rechazado claramente cualquier relación con la junta de Kiev.
8. De esa manera ahora estamos
aquí.
El pronóstico a corto plazo
1. ¿A dónde conducirá esto?
Lógicamente Ucrania, tal y como lo fue durante los 23 años de su historia, ha
dejado de existir. Es irreversible. Rusia ha integrado a Crimea y se ha
declarado garante de la libertad de elección del este y el sur de Ucrania (Novorossia).
2. Así que en un futuro próximo
tendrá lugar la creación de (al menos) dos entidades políticas independientes
correspondientes a las dos identidades mencionadas antes: Ucrania occidental,
con su posición a favor de la OTAN y al mismo tiempo con una ideología
ultranacionalista, y Novorossia, con una orientación pro-rusa -y pro
euroasiática- (aparentemente sin ninguna ideología, tal y como la propia
Rusia). El oeste de Ucrania protestará tratando de mantener el control sobre el
este y el sur. Esto es imposible por medios democráticos, por lo que los
nacionalistas tratarán de usar la violencia. Después de un cierto tiempo
crecerá la resistencia del este y del sur y/o Rusia intervendrá.
3. Los Estados Unidos y los
países de la OTAN apoyarán por supuesto a los ucranianos occidentales y a la
junta de Kiev. Pero en realidad esta estrategia sólo empeorará la situación. La
esencia del problema está aquí: si Rusia interviene en los asuntos de un Estado
cuya población (la mayoría) considera dicha intervención como ilegítima, la
posición de los EEUU y de los estados de la OTAN sería natural y bien fundada.
Pero en esta situación la población del este y del sur de Ucrania da la
bienvenida a Rusia, la espera, suplica para que Rusia intervenga. Hay una
especie de guerra civil en Ucrania ahora. Rusia apoya abiertamente al este y al
sur. Estados Unidos y la OTAN respaldan al oeste. Los ucranianos occidentales
están tratando de conseguir toda Ucrania para afirmar que no toda la población
del este y del sur es feliz con Rusia. Eso es completamente cierto. También es
cierto es que no toda la población del oeste es feliz con el partido Sector
Derecho, Bandera, Shukhevich y el gobierno de los magnates. Así que si Rusia
invadiera las partes occidentales de Ucrania o Kiev, aquello podría ser
considerado como una especie de agresión ilegítima. Pero la misma agresión es,
en las actuales circunstancias, la posición de EEUU, que se esfuerza por ayudar
a la junta de Kiev a tomar el control del este y del sur. Esto es percibido como
un acto ilegítimo de agresión y provocará una fiera resistencia.
Conclusión
1. Ahora, lo que yo le diría al
pueblo estadounidense. La élite política estadounidense ha tratado en esta
situación, así como en muchas otras, de hacer que los rusos odien a los estadounidenses.
Pero ha fallado. Nosotros odiamos a la élite política estadounidense que lleva
la muerte, el terror, la mentira y el derramamiento de sangre a todas partes:
en Serbia, en Afganistán, en Iraq, en Libia, en Siria, y ahora en Ucrania.
Odiamos a la oligarquía global que se ha apoderado de los Estados Unidos y lo
usa como su instrumento. Odiamos el doble rasero de su política, en la que
llaman “fascistas” a ciudadanos inocentes que no tienen ninguna característica
que se parezca a la ideología fascista, y simultáneamente niegan a los
hitleristas declarados y a los admiradores de Bandera la calificación de “nazi”
en Ucrania. Todo lo que la élite política estadounidense dice o crea (con
pequeñas excepciones) es una gran mentira. Y odiamos esa mentira porque las
víctimas de esta mentira no somos sólo nosotros mismos, sino también ustedes,
el pueblo estadounidense. Ustedes les creen, ustedes votan por ellos. Ustedes
tienen confianza en ellos. Pero ellos los engañan y traicionan.
2. No tenemos ningún pensamiento
o deseo de hacer daño a los Estados Unidos. Estamos lejos de ustedes. Estados
Unidos es para los estadounidenses, como el presidente Monroe solía decir. Para
los intereses estadounidenses y no para otros. No para los rusos. Sí, esto es
completamente razonable. Ustedes quieren ser libres. Ustedes y todos los otros
lo merecen. ¿Pero qué demonios hace usted, Victoria Nuland, en la capital de la
antigua Rusia?. ¿Por qué interviene usted en nuestros asuntos internos?
Seguimos la ley y la lógica, las líneas de la Historia y respetamos las
identidades y las diferencias. Esto no es un asunto estadounidense. ¿Lo es?.
3. Estoy seguro de que la línea
de separación entre los estadounidenses y la élite política estadounidense es
muy profunda. Cualquier estadounidense honesto que estudie con calma el caso
llegará a la conclusión: “Dejad que decidan por sí mismos. No somos similares a
estos rusos extraños y salvajes, pero dejamos que sigan su propio camino. Y
nosotros vamos a seguir nuestro propio camino”. Pero la élite política
estadounidense tiene otra agenda: provocar guerras, mezclarse en conflictos
regionales, incitar el odio de grupos étnicos diferentes. Las élites políticas
estadounidenses sacrifican al pueblo estadounidense por causas que están lejos
de ustedes, vagas, inciertas y finalmente muy, muy malas.
4. El pueblo estadounidense no
debería decidir estar con los ucranianos (rusos occidentales – Galitzia,
Wolyn), o con los rusos (de la Gran Rusia). No es ese el caso. Esté con Estados
Unidos, con los Estados Unidos reales, con sus valores y su gente. Ayúdense a
ustedes mismos y déjennos ser lo que somos. Pero la élite política
estadounidense toma las decisiones en vez de ustedes. Los miente, los
des-informa. Muestra fotografías falsas y eventos falsamente escenificados con
explicaciones completamente imaginadas y comentarios idiotas. Ellos mienten
sobre nosotros. Y mienten sobre usted. Ellos le dan a usted una imagen
distorsionada de usted mismo. La élite política estadounidense ha robado, ha
pervertido y ha falsificado la identidad estadounidense. Y ellos hacen que
nosotros los odiemos a ustedes y que usteden nos odien.
5. Ésta es mi idea y mi
sugerencia: odiemos a la élite política estadounidense juntos. Combatámosla por
nuestras identidades, ustedes por la estadounidense, nosotros por la rusa, pero
el enemigo es en ambos casos el mismo: la oligarquía global que gobierna el
mundo usándolos a ustedes y destruyéndonos. Rebelémonos. Resistamos. Juntos.
Rusos y estadounidenses. Somos el pueblo. No somos sus marionetas.