Por René Binet
Según Marx: "El
proletario sólo tiene una tarea que ejecutar. Liberar a los elementos de la
nueva sociedad que se hallan en germen en la sociedad burguesa".
La confesión es importante. No
hay, para él, ruptura entre la sociedad que él preconiza y la sociedad burguesa
que analiza, sino un entronque real. El proletariado, por la
"revolución" marxista, debe solamente alumbrar a la burguesía y la
sociedad marxista no es más que la heredera directa de la sociedad burguesa.
Para ellos se trata, en realidad, no modificar profundamente las bases de la
sociedad, sino tan sólo de tomar su dirección, de substituir en una sociedad
idéntica a ella misma, una clase por otra, y de sustituirla en la dirección de
un mismo Estado.
El proletariado no tiene más que
apoderarse del Estado que le ha legado la burguesía y, al hacerlo, tratar de
explotarlo en su provecho. Lenin, al explicar que el Estado no es más que un
instrumento de dominación de una clase sobre otra clase, no indica que sea
necesario modificar la estructura de ese Estado. Para él, solamente se trata de
apoderarse del Estado y cambiar al personal.
No se trata, en tal caso, más que
de una trasposición de valores parecidos. Oponen la "socialización de la
propiedad privada" pero de hecho, sólo el propietario y detentor de las
riquezas ha sido invertido. La estructura política y los valores determinantes
de la vida continúan después como antes, siendo económicos. El detentor del
capital ha cambiado, pero toda la estructura sigue siendo la del capitalismo.
Así pues, la dictadura del
proletariado no tenía para ellos otro objetivo que la realización del programa
político de la burguesía democrática. El único hecho nuevo que el marxismo ha
aportado ha sido adaptar al nivel del desarrollo técnico de nuestra sociedad
actual, la estructura del Estado capitalista. La conclusión lógica de todo esto
es la siguiente: el marxismo es la adaptación del capitalismo al desarrollo
técnico de nuestra época. Escuetamente, la sociedad marxista es el tipo de
sociedad capitalista del siglo XX.
Esta es la razón por la cual el
fatalismo marxista no ha conseguido librar de sus cadenas a Espartaco,
solamente las ha forjado de otro metal.
Extraído de su obra Socialismo Nacional contra Marxismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario