sábado, 17 de enero de 2015

COMUNIDAD, SISTEMA NACIONAL Y CONTRAPODER

Por Gabriele Adinolfi


Comunidad

Término que sirve hoy día para definir un conjunto orgánico (como un clan o una tribu) que la uniformidad social querría ver definitivamente muerto. La Comunidad representa el lugar donde la persona, formándose y desarrollándose, adquiere y refuerza su consistencia política (de Polis) y conserva raíces sólidas en su humus específico. Pero atención a los falsos modelos. Un gueto no es una comunidad, sino una prisión común. Un pequeño partido o un pequeño movimiento no son una comunidad sino unas empresas ruinosas. Una banda urbana es una comunidad, pero antipolítico. A menudo se califica de comunidad lo que no es más que un grupo. Para que una comunidad pueda definirse como tal, debe estar fuertemente caracterizada, y al mismo tiempo, consciente de un destino común, que atenúa las rivalidades con los grupos vecinos, ya que no es el plano horizontal, sino el plano vertical, lo que la caracteriza. Y, en la verticalidad, está la idea de Lares, que hace de la comunidad una ventana constantemente abierta sobre el pasado, como también sobre el futuro.

Sistema nacional

Al hilo del tiempo, la soberanía nacional se reduce, las instituciones pierden su valor y su eficacia, el estado deviene un organismo administrativo. Igualmente decir que ninguna transformación política importante puede producirse en la mediad que se permanezca en el cuadro de la sociedad de la política espectáculo y que se piense acceder al poder por vía electoral. Una acción política eficaz se reduce entonces a la constitución de lobbies, de centros de influencia y de fuertes anclajes locales; esto nos permitirá estar por encima de todo en posición de fuerza para negociar .

Si esta acción se acompaña de una gran fuerza de imaginación simbólica y de comunicación y de una estrategia de revolución cultural concerniente a la formación de elites (de la sociedad no del gueto…) en los próximos veinte años, todavía habría alguna cosa que decir, y sobre todo, mucho que hacer

Contrapoder

El espacio en el cual una autoridad espiritual, un modelo cultural, un organismo social, tienen la libertad de autodeterminarse y de asegurarse al mismo tiempo medios de ataque y de defensa. El paso de teoría de la ascensión al poder al programa de construcción del contrapoder caracteriza la diferencia entre las vanguardias de los años setenta y las vanguardias precedentes. En el estado actual de cosas, el contrapoder es un objetivo real, mientras que la ascensión al poder es una ilusión.

No es moco de pavo que el contrapoder puede influir mucho sobre el poder. El problema es que no es fácil de creer; en efecto debe crearse día a día, no se puede simular: existe o no existe, como lo muestran los balances. Inversamente, la fata morgana de una posible ascensión al poder de la Torre de Babel en el porvenir permite a los ociosos y los incapaces continuar a llevar su existencia ilusoria en la incoherencia cotidiana, esperando ganar la lotería, pues “hoy estamos fuera de juego, pero mañana…”

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