jueves, 14 de mayo de 2015

ENTREVISTA A GIVI



Givi felicitando la Navidad

Hacía tiempo que tenía ganas de conocerle y hablar con él. El legendario Givi, de la milicia de Donetsk, comandante de la no menos legendaria unidad “Somalia”. Por algún motivo, no había podido ser: o no estaba en Donetsk o guiaba a un grupo de periodistas por el aeropuerto cuando yo estaba en Rostov. Y de pronto, cuando, como suele ser habitual, yo llegaba tarde al trabajo, vi a Givi comprando una botella de agua en un puesto. Al principio creí que era un error, alguien que simplemente se le parecía. Agudicé todos los sentidos para ver si era o no era. Pero no se me ocurrió nada más inteligente que acercarme y preguntar:

Perdone, ¿es usted Givi?

“Givi”, asintió, mostrando esos ojos de terciopelo.

Nos presentamos. Mientras hablábamos, quienes pasaban por allí se acercaban diciendo: “Gracias”. Le di la mano y pedí permiso para hacer una foto.

Primera pregunta, en nombre de todas las solteras de Donetsk, ¿tienes novia?

No, aunque han escrito por ahí que tengo mujer e hijos. Todo es mentira.

¿Por qué Givi?

En honor a mi abuelo. Fue un gran soldado, comandante en una de las zonas de la guerra del Cáucaso. Le conozco solo por las historias de mi abuela.

¿Por qué el nombre de Somalia para la unidad?

(Risas) El nombre de Somalia viene de Ilovaysk. Entonces la división contaba con 70 hombres y una pieza de artillería autopropulsada. Motorola vino para ayudarnos. Tuvo que ir bajo la artillería por la carretera, que no estaba controlada por el ejército ucraniano. Y estaba bien bombardeada. Cuando llegó, vio cómo había sido el camino bajo las bombas y dijo: “Sí, tienes toda Somalia”.

Era agosto, hacía mucho calor y qué vestía la gente: unos en camiseta, otros con chaleco, algunos en camiseta, pantalón corto y bandana. Motorola miró alrededor y soltó un histórico: “bueno, normal que hayas hecho correr a los piratas. Exactamente como Somalia.

Entonces, cuando empezamos a crear el batallón separado, surgió la cuestión del nombre. Y en cinco minutos de reunión, todos estuvimos de acuerdo con “Somalia”. Piratas, son gente desesperada. A mí me sirven. Pero su desesperación me causa unas cuantas canas. Cada operación, de barrido, asalto, operación con tanques, es una gran experiencia.

¿Y los momentos de paz?

En tiempo de paz se  vive el día minuto a minuto: hay instrucción, hay entrenamiento militar, hay acciones militares. Siempre estamos ocupados con algo.

Cada día es más popular en YouTube, ya hay muchas anécdotas. En un colegio de Donetsk, el jefe de estudios tiene su retrato en su despacho. ¿Qué le parece?

Sí, es así. Cada uno tiene sus favoritos, sus ideales. En el cuartel yo tengo fotos amateurs, de mis chicos. Cada cual tiene sus ideas.

¿Dónde aprendió a luchar?

En una buena escuela. No lo vas a creer, en el ejército ucraniano. Tuve el placer de hacer dos años de servicio militar. Quería quedarme como soldado profesional en el año 2000, pero no pudo ser por un defecto en el habla. Luego descubrí a los grandes  generales y estudié a Suvorov, Kutuzov, Napoleón, Chapaev y demás.

Ya sabe cómo es: terminas la universidad, empiezas a trabajar y lo primero que oyes es “olvida todo lo que has aprendido en el instituto”. 

Es imposible aprender a luchar con los libros. Luchamos en la realidad, en lugares reales. Por ejemplo, el mismo Chapaev. Algunos dicen que como militar no era gran cosa; otros dicen que fue uno de los comandantes con más éxito. Si no le hubieran traicionado, ¿quién sabe qué habría sido lo siguiente? O el mismo Kolchak, a él también lo traicionaron. Pese a que estos libros están lejos de nuestra situación y nuestro tiempo, de ellos todavía se pueden aprender muchas cosas que se pueden aplicar en la práctica.

Pero ya me entiende, tengo mis conocimientos, mis aptitudes, pero no soy nada sin la gente que está conmigo. Si fuera un mal comandante, simplemente no seguirían mis órdenes. Y si claramente siguen las órdenes, si la gente me pide a mí y a mi batallón, es que creen y confían en mí.

¿Así que no se discuten sus órdenes? 

No. No se discuten. Si hay dudas, al Consejo. Soy humano, no lo veo todo, se me puede escapar algo, no lo voy a esconder. Pero junto a mí hay camaradas con más experiencia, con los que hablo, con los que se toman las decisiones. Hay gente con la que he luchado en Slavyansk, amigos de cuando acabábamos de llegar a la milicia. Era operador de BM-2, la guerra en la Nona…

Cuénteme, ¿ha habido algún momento en que realmente ha tenido miedo?

¿Miedo? Sí, cuando, como soldado, estaba rodeado en Yampol. Estábamos allí y nos atacaron unas 200 personas, probablemente todo un regimiento. Estábamos sin equipamiento y ellos, con tanques y blindados. Estábamos rodeados, pero había un camino. Cuando salimos, vi que no habían tocado a los chicos. Cuando pasó todo, nos tranquilizamos, nos dimos cuenta de que había que seguir con el trabajo que habíamos comenzado.

Dígame, ¿hay alguna rutina en el frente?

No. En el frente se combaten los problemas como se puede. Nuestra tarea en este momento en no dar al enemigo ni un palmo de tierra. Porque no dejan de intentarlo.

¿No ceden?

No cedemos. Y lucharemos hasta el final.

¿Cuál es el principal problema en el frente?

Voy allí a diario (risas). En el frente hay un problema: no hay suficientes cigarrillos. Es un problema de verdad. Estos son todos los cigarrillos que nos dan. Si no hay munición, al menos que haya cigarrillos.

¿Qué tal es la comida en el frente?

Tengo grandes chefs y un gran comedor. Siempre hay alguien haciendo la comida, preparando carne. Es decir, primer plato, segundo, tercero, zumo y pastel.

¿Sabe cocinar?

Claro. Lo que más me gusta cocinar es la carne. Lo más sencillo: tortilla por la mañana.

¿Lo preparas tú mismo?

Sí. Quién si no.

¿Qué echa de menos de tiempos de paz?

El fútbol.

¿Juega o es aficionado?

Jugaba y era aficionado del Shakhtar. Estoy muy triste por su fracaso. ¿Sabe? Cuando veía a Rinat Akhmetov [dueño del Shakhtar y uno de los principales oligarcas del país] preocupado en el palco si perdía el Shakhtar, le entendía perfectamente porque yo sentía lo mismo. Me ponía de mal humor y no quería admitir que mi Shakhtar había perdido.

¿Cree que Rinat Akhmetov encontrará un sitio en la RPD?

No lo sé. Es una pena que no comprendiera nuestra política. Cuando empezó el Maidan, tuvo que comprender lo que realmente estaba pasando. Sus asesores dicen que no lo comprendió. Verá, siempre le he respetado y ahora, nada. No le odio. Ha hecho mucho por esta ciudad, como puede ver, el estadio tiene un valor. Todo el mundo sueña con un estadio así. Pero él tomó su decisión.

Imagine que Kiev de repente anuncia mañana que abandona Donbass. ¿Qué es lo primero que haría?

En primer lugar, mostrar mis respetos a  la RPD, al jefe del Estado y al ministro de defensa. Si me ofrecen seguir sirviendo a la RPD, lo aceptaré. Es lo que quiero hacer, sé que puedo hacerlo. Prepararé a los chicos para defender las fronteras de nuestra República.

¿Qué cree que sería lo mejor: RPD y RPL por separado o Novorrusia unida? 

Creo que primero es necesario liberar el territorio de las antiguas regiones de Donetsk y Lugansk. Y cuando seamos libres, se puede empezar a habar entre las repúblicas. Pero eso lo deben decidir los residentes de la RPD y la PRL.

¿La tregua es buena o mala para la RPD?

Es buena para las dos partes. Ucrania se tiene que tranquilizar y dejar en paz a la República. Es incomprensible, no va a salir nada de Kiev. Me gustaron las declaraciones del presidente checo que, si no me equivoco, dijo que Ucrania está loca si piensa que Europa le necesita. Y estoy más que seguro de que no la quieren. Entiendo que Poroshenko necesita la guerra, porque el dinero que han invertido tiene que dar algo, y solo va a dar algo en la guerra.

Pero también necesita ganar.

Va a conseguir la victoria como las tortugas pueden volar. Créame cuando digo que la victoria será nuestra.

¿Está con las autoridades de la RPD?

SÍ. Con Kononov y Zakharchenko. Luchamos junto a Kononov en Slavyansk y conocí a Zakharchenko en Shakhtyorsk. Cuando estábamos en Ilovaysk, me acerqué a Kononov y le expliqué que necesitaba al menos otro cañón de artillería. Él me mandó a Zakharchenko. Me acerqué. Inmediatamente me preguntó: “¿Qué necesitas, Misha?”. Le dije que la artillería era muy necesaria. A la mañana siguiente, ya tenía una. Créame cuando digo que este hombre no es solo un hombre que habla muy bien en público, sino que hace cosas. Siempre que intenta conseguir algo, lo explica. En la guerra hay victorias y derrotas; no hay guerra sin derrotas, pero él nunca se esconde: siempre nos cuenta lo que tiene en la cabeza. El ministro de Defensa es igual.

En términos históricos, ¿a quién admira?

A Vasily Ivanovich Chapaev y también a Suvorov, los más grandes estrategas. Muy buenos. Si pensamos en este momento, Kononov. ¿Por qué? Porque él creó la olla de Ilovaysk y fue astuto.

¿Hay algo que no le guste del actual, relativamente pacífico Donetsk?

La actitud de algunos ciudadanos. Es negativa. Sinceramente no entiendo por qué. Mi batallón, entre otros, estuvo en Khanzhonkov, tomó Nizhnaya Krynka. Gracias a ellos, solo cayeron en Khanzhonkov media docena de proyectiles. Mis hombres estuvieron días sin dormir para que en Khanzhonkov y en Makeevka pudieran dormir en paz. Y nos miran acusando. Al principio pensé que era yo, pero otros también lo notaron. Las cosas se olvidan rápidamente. Y los chicos hacen lo que pueden, créame, con dedicación. 

Comprendo que en la familia puede haber una oveja negra. Si alguien se comporta de forma inmoral, hay que llamar a la oficina del comando militar, que ellos lo detengan. Pero condenar a todo un ejército por los actos de uno… Algunos siguen creyendo el sinsentido de que disparamos a civiles o zonas residenciales. Había muchos cuando llegamos de Slavyansk. Pero entonces, cuando el ejército ucraniano empezó a bombardear los suburbios de Donetsk y el centro de la ciudad, se dieron cuenta de que no éramos nosotros. Ninguna bomba de nuestro lado cayó sobre civiles y nunca lo hará.

Muchos creen que la milicia golpea desde zonas residenciales y entonces viene “la respuesta”…

…¡Ni los Grad, ni la artillería puede funcionar en la ciudad! ¿Ha visto su impacto? Y tengo ganas de ir a Avdeevka para ver desde dónde dicen los civiles que dispara el ejército ucraniano. Te lo diré: desde el noveno piso. Se quedan a un lado, disparan y se esconden. En la casa desde la que disparan no queda un solo cristal. Y les da igual. Para ellos, no somos humanos. Así hacen la guerra, escondiéndose detrás de los civiles.

¿Qué hace falta para que haya paz?

Que se levante toda la población de Donbass… Donbass siempre ha sido famoso por tener a los hombres más fuertes y más valientes del mundo.

¿Cómo se decidió a ir a la guerra?

Cuando vi lo que pasaba en Maidan. ¿Sabe que fue asqueroso? Insoportablemente desagradable. ¿Fue malo con vosotros Yanukovich? Con Yanukovich el país estaba entero, todo el mundo cobraba, trabajábamos. No cobrábamos millones, pero podíamos mantener a la familia. Y entonces vinieron los de Maidan… Solo nuestra gente se rebeló contra Maidan. ¿Sabe que esperaba esto desde hace tiempo? Que alguien se levantara contra esta mierda. Y el primero de mayo ya estaba en Slavyansk.

¿Cuál es su fiesta favorita?

Año nuevo. Este año nuevo lo celebré en dos sitios: en el batallón y en el frente. A las 11 felicité el año a la gente en el batallón y fui al frente. Mandé un saludo al ejército ucraniano en el aeropuerto, para que supieran que celebramos el año nuevo una hora antes que ellos. Pero por algún motivo tuvieron miedo.

¿Saludaron ellos una hora después?

No. Son gente aburrida.

Ha hablado con prisioneros, comandantes del ejército ucraniano. Fuera de cámara, después de eso. ¿Qué tipo de gente son? ¿Qué dicen?

Todos tienen la misma respuesta: “Yo no disparé, solo he visto caer bombas, solo estaba aquí sentado”.  Todos dicen lo mismo. En Ilovaysk, en el aeropuerto, todos dicen la misma cosa: “yo no he disparado, yo no he hecho nada”. Y yo puedo decir: son gente aburrida, que no saben ser hombres hasta el final. Una vez me preguntaron: ¿qué harías si fueras capturado? Dije que eso no iba a pasar. Mejor llevar una granada, hacerla explotar y llevarse a un par por delante. Sé que me harían pedazos. Toda Ucrania me odia.

¿Le molesta?

Me gusta leer cosas sobre nosotros la “mafia de la RPD”, “banda” Somalia, “impostores”, “terroristas”, hay muchas variantes de las cosas que nos llaman.

¿Hubo un intento de asesinarle?

Sí, ocurrió. Sinceramente, no comprendí si fue un intento de asesinato o si era algún borracho. Sí, alguien disparó a mi coche, la bala pasó por ahí. Salté del coche. Entonces el ministro de defensa me advirtió de que si seguía yendo sin seguridad, me dispararía él mismo. Tuve que hacerlo.

¿Quién era en la vida civil?

Estudié formación profesional y trabajé como conductor del camión de gasolina de una fábrica de cables en Khartsytsk.

¿Qué hará cuando todo acabe?

Soy coronel de las fuerzas armadas de la República Popular de Donetsk. Quiero servir a este país y seré su… Bueno, si no me matan.

¿Dónde están sus padres?

Soy de Ilovaysk. Cuando empezó todo, llevé a la familia a Rusia.

¿Cómo ven sus vecinos que sea un héroe?

No sé, habría que preguntarles a ellos. Cuando llego, tienen una pregunta: “¿qué va a pasar ahora?” Normalmente respondo: “El próximo cargamento de ayuda humanitaria va a traer palas, para que podamos cavar trincheras”. Esta pregunta está fuera de lugar. ¿Qué va a pasar? ¡Claro, todo va a salir bien! Estamos preparados, vamos a avanzar. Una de dos: o Ucrania se va por su propio pie o les expulsaremos. No hay más opciones. Ningún mercenario polaco o americano con un Humvee les va a ayudar, créame.

¿Cómo puede estar tan seguro?

Creo en nuestro ejército, creo en nuestro ministro de Defensa, creo en nuestro comandante en jefe. Y creo en su gente…

¿Vienen voluntarios?

Sí, vienen. Tienen mucha voluntad, pero también necesitan instrucción. Se da preferencia a voluntarios con experiencia. Pero aun así hace falta entrenamiento. Hay chicos que no han hecho suficientes maniobras, que no se dan cuenta de que aquí todo es real. Hay que considerar cada candidato. Créame, si un hombre tiene un mínimo toque militar en la sangre, funciona. Solo hace falta buscar qué le gusta: algunos son buenos exploradores, hombres de infantería, conductores. Créame, un buen conductor puede jugar un papel muy importante en las operaciones militares. Los conductores son gente desesperada. ¡Van al frente a llevar munición y rápidamente salen sin un rasguño! Hace falta coraje y determinación. Sí, no puede quedarse el coche, ¿pero no merece respeto? Lo merecen.

¿Vienen chicos jóvenes?

Sí. Tuve a un chico que tenía 17 años. Ahora tiene 18. En Ilovaysk. Me saludó, yo no le quería aceptar, pero me siguió. Muerto de hambre. Me dijo: “al menos déjame ir a un puesto de observación. No pediré ir al frente”. Y le cogí. De guardia. Pero hace poco vino y me dijo: “Ya tengo 18, ya puedo ir al frente”. Le dije: “¡Siéntate ahí! Ya irás al frente cuando crezcas”.

¿Hay mayores?

Sí, hay uno de 64. Le llamamos Yakut, estaba con Motorola. Pero no puede correr como cuando era joven. Vino con Motorola y me dijo: “camarada comandante, acépteme, quiero morir en el tanque”. Le dije: “Déjate de bromas”. Motorola explicó: “quédatelo, no puede hacer mucho trabajo físico, pero es mecánico de tanques”. Así que se quedó. En una semana había aprendido todo. Solo tiene una pega: solo tiene un ojo. Tiene un parche en su ojo izquierdo. Pero cumple.

Un pirata de verdad…

Bueno, por algo nos llaman Somalia.

¿Cuántos premios ha conseguido?

La estrella de héroe de la RPD es el mayor premio y el más importante. Todos lo quieren conseguir. Aunque yo se la otorgaría a todos los que están luchando ahora mismo en Donbass. Y a los que ya han muerto. Tengo dos cruces por Slavyansk, dos por Ilovaysk y Khanzhonkov, una medalla por la defensa de Slavyansk. Una medalla de la Unión de Paracaidistas… Y, ¡otra vez! Estaba con Motorola cuando nos entregaron las medallas. Pero no es mérito mío, sino de los chicos.

 Givi junto a Motorola

¿Es buen amigo de Motorola?

¿Qué haríamos  sin Motorola? (risas) Somos amigos desde Ilovaysk. Nos conocimos en Semenyovka, donde fuimos a ayudarles. Como se suele decir, nos entendemos. Tenemos una visión parecida de la táctica y cómo conducir las operaciones. Solo que él es más de infantería, era marine, y yo tengo un batallón mecanizado, con tanques, infantería, artillería y lanzacohetes. La división Sparta es la mejor unidad de reconocimiento de la RPD. Y como respetamos el uno al otro, respetamos a nuestros soldados.

¿Ha perdido amigos?

Sí. Tenía un amigo, Sasha, “Partizan”. Éramos amigos de Ilovaysk. Murió porque no llevaba chaleco antibalas. Recuerdo a todos los muertos por el nombre… voy a su tumba a menudo.

¿Tiene extranjeros en su unidad?

No, estoy en contra. Debe proteger la tierra la gente que ha nacido aquí, donde están sus padres, sus hijos, las tumbas de sus antepasados. Saben por qué luchan. Mis hombres no luchan por dinero.

¿Pero recibe un salario?

Sí, recibimos un salario. Tenemos un ejército, tenemos que mantenerlo. Pero es muy poco dinero. Gano más o menos lo mismo que recibía en la fábrica antes de la guerra. Créame, no es algo en lo que uno se haga rico. Las autoridades de la República están concentradas en las pensiones y prestaciones sociales para civiles y pensionistas. ¿Y el ejército? Lo más importante es la munición, algo con qué luchar, uniformes  y comida.

Y cigarrillos…

Bueno, dónde vamos sin cigarrillos…

Al despedirnos Givi dice:

Sobre lo de las chicas, escribe que no tengo novia. Que se contengan.

¿Te das cuenta de que va a tener el efecto contrario?

Escríbelo igualmente. Que no inventen tanto.

Entrevista extraída de: Slavyangrad

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