Se podría considerar como una
empresa multinacional aquella que tuviera un 25% o más de participación extranjera.
Una definición más completa es la dada por Brooke y Remmers, la cual dice que
es aquella que realiza la mayor parte de sus operaciones, sean manufacturas o
servicios, en al menos dos países.
El fenómeno de las
multinacionales se inició a principios del presente siglo. Fue pujante hasta la
década de los treinta en la que frenó su expansión a consecuencia de la crisis
económica. Tras la II Guerra Mundial, se reinauguró el proceso con más fuerza
que antes y con el sello americano principalmente.
Hay muchas causas que determinan
el por qué de las multinacionales. Cuando una empresa se mueve en el mercado de
un marco territorial definido, pronto se topará con un techo insuperable. Su
expansión se tiene que realizar por la vía de la reducción de precios o por la
de una fuerte expansión de sus gastos comerciales; vías ambas de dudosa
rentabilidad. Sin embargo, puede optar por la explotación de nuevos productos y
mercados vírgenes, convirtiéndose en un conglomerado empresarial e
internacional.
La primera etapa de la
multinacional será, por tanto, el asentamiento en nuevos países para explotar
unos mercados nacionales vedados para la exportación por el proteccionismo o
por los elevados costes de transportes. Hoy en día, las simples estructuras de
antaño se han complicado en gran medida. Por ejemplo, se especializa la
producción, multiplicándola y construyendo así un auténtico seguro
anti-huelgas, dado que los componentes son intercambiables. Es decir, dado que
fabrican sus productos por partes en diversos países, el que se produzca una
huelga en una de sus factorías no afecta en absoluto a su economía; dado que los
componentes pueden fabricarse en otro lugar. Los componentes en los que la mano
de obra suponga un coste considerable serán fabricados en zonas de bajos
salarios, mientras que los técnicamente completos se fabricarán donde se puedan
contar con la mano de obra y técnica especializada.
El personal de una multinacional
en un país determinado es natural del lugar, pero los cuadros de mando son del
país original de la empresa. Para la empresa multinacional no hay fronteras ni
sistema político obstáculo para sus manejos. El ejemplo más claro es el
establecimiento de la Coca Cola -paladín del americanismo- en la Unión
Soviética, cuna y cumbre del anticapitalismo.
Otra de las causas de la
expansión de las multinacionales es la búsqueda de materias primas. Desde el punto
de vista de la empresa, el aseguramiento de la fuente de suministros es
importante en dos sentidos: permite una regularidad en el suministro y, al
mismo tiempo, puede fijar el precio de la materia prima en el mercado
internacional, manipulando los precios. Por todo lo expuesto, se podría decir
que las multinacionales son las herederas del colonialismo de siglos atrás: es
decir, el valor económico del neocolonialismo.
Si surge algún problema entre
los intereses nacionales y los de la multinacional, ésta no duda en intervenir en
política. No basta más que echar un vistazo a lo que está ocurriendo en
Sudamérica, Asia o África para comprenderlo. Es triste observar como la casi
totalidad de las guerras acaecidas tras la II Guerra Mundial -cuyo marco
geográfico han sido los países del tercer mundo- fueron provocadas por los
sentimientos imperialistas de las multinacionales.
Unos de los aspectos básicos de
la empresa multinacional es el factor financiero. Al funcionar como una entidad
única, es la política de la casa maestra la que fija las inversiones, su
orientación y los criterios de asignación de los beneficios en función de sus
intereses.
España ha sido y sigue siendo
uno de los países más explotados de Europa por las garras de las multinacionales.
El desarrollo industrial español desde la década de los sesenta, ha venido
marcada por una subordinación económica feroz de las grandes empresas
americanas y europeas. Es decir, ha sido un desarrollo basado en la explotación
de una mano de obra barata; mientras que el desarrollo tecnológico y la investigación
científica nacional son prácticamente inexistentes. España es ahora el taller
barato de la Europa capitalista y de los Estados Unidos; y, lo seguirá siendo
cada vez más gracias al vergonzoso tratado de integración en el Mercado Común.
Extraído
de: Rebeldía, 4,I/III-1988, p. 10
(*) Rebeldía fue el órgano de
expresión del Movimiento Autónomo Solidarista (MAS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario