martes, 14 de abril de 2015

ANTE LA REPÚBLICA


Ramiro Ledesma con la bandera de la II República de fondo, bandera que fue empleada tanto por las JONS como por Falange Española.

No necesitamos violentar lo más mínimo nuestras ideas ni rectificar el programa político y social que defendemos para dedicar un elogio y un aplauso al régimen republicano. LA CONQUISTA DEL ESTADO lleva publicados cinco números. Su íntegro bagaje ideológico y táctico se nutre de aspiraciones muy distintas a esas que quedan enmarcadas en una forma de gobierno. La voluntad del pueblo español se ha decidido de un modo magnífico y vigoroso por la República, y nosotros, férvidos exaltados de la energía nacional, hispánica, celebramos su disciplinado triunfo. ¡Viva la República! Nunca hemos creído subversivo este grito, que hoy es y representa el clamor entusiasta de los españoles. Todos cuantos estiman que la emoción primera de las luchas políticas es la voluntad del pueblo, deben hoy acatar sin reservas a la República. Así lo hacemos nosotros, con la indicación incluso de que en esta hora la defensa de la República es la defensa nacional. 
 
Ahora bien, los entusiasmos primeros, los saludos y los vítores, van a tener una fugaz y rapidísima vigencia. Serán suplantados por la enérgica decisión de que el Estado republicano naciente sea un producto de la misma entraña hispánica, leal a los afanes de nuestro pueblo, y concentre las auténticas eficacias, que son las de índole social y económica. 
 
Dentro de la República, iniciaremos en la vida española las propagandas de responsabilidad nacional y de lealtad suprema a los imperativos de nuestro pueblo. Y, además, la estructuración económica que nos distingue: sindicación obligatoria de las industrias, control por el Estado hispánico de las economías privadas y entrega de tierra a los campesinos. 
 
La República llega rodeada de alientos liberales. Con más de un siglo de retraso; el pueblo exalta hoy mitos ineficaces, y hemos de impedir que se le hurten las verdaderas conquistas de esta época. Nada de estancarse en la fase mediocre de una socialdemocracia más. Nada de pelea ante enemigos inexistentes. Y sí, en cambio, enderezar el coraje a los objetivos grandiosos: el poderío hispánico, la justicia social y económica. 
 
La República naciente hará posibles las batallas actuales. ¡Nadie nos niega hoy la libertad, camaradas! Hacen falta, pues, otros gritos y otros disparos más certeros. Ha triunfado en España la fase liberal de la Historia, y bien está ahí, abriendo los caminos nuevos. ¡Que la parada sea de muy pocos minutos! Otros pueblos vienen ya de regreso, y conseguirán las primicias de nuestra época. Que es, digámoslo claro, antiliberal, antiburguesa. 

La Conquista del Estado, número 6, 18 de abril de 1931 

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