Michel Aflak, ideólogo del Baaz.
En Siria encontraremos un caso
curioso de nacionalismo-revolucionario auténtico y prácticamente «a la europea»
que ha trocado el europeísmo por el panarabismo, las referencias a la tradición
occidental por las dirigidas hacia el Islam, siendo igual sus posiciones en lo
referente a la política social (verdadero socialismo frente a socialismo
marxista, rechazo de los esquemas liberales y democráticos, etc.). El Partido
Baasista fue fundado en Damasco en 1944, siendo inicialmente sólo un grupúsculo
de intelectuales panarabistas. Prohibido en 1952 pactará con el Partido del
Renacimiento Árabe logrando obtener 17 diputados en las elecciones de 1954.
Dentro del parlamento sus diputados actuarán en un principio coaligados con los
demás partidos izquierdistas, sin embargo, este idilio imposible durará poco.
Los baasistas, cada vez adoptando posturas más visceralmente anticomunistas,
votarán, junto con el Partido Nacional, partido mayoritario, la resolución por
la que debería nacer la República Árabe Unida que apenas durará dos años. Más
tarde, en las elecciones de diciembre de 1961 el partido conseguirá 24 escaños.
En 1963 obtendrá el poder después de un golpe de fuerza, impulsando como
resultado una nueva República Árabe Unida (sirio-egipcia-iraquí) que apenas
durará 15 días. Con mayor o menor fortuna sus militantes y líderes políticos
seguirán ostentando puestos clave en los sucesivos gobiernos sirios, hasta la
fecha actual en la que el general Assad, antiguo ministro de la Defensa,
accederá al poder en 1970. En las elecciones organizadas por Assad, elecciones
más o menos democráticas, el Baas obtiene 111 escaños pasando a ser la
formación con más amplia representación parlamentaria. A pesar de su peso
político la cifra de sus militantes es excepcionalmente reducida (apenas
1.500).
Otros grupos baasistas existen en
las diversas naciones árabes. A menudo actúan clandestinamente siendo
proscritos por las autoridades locales. Sin duda alguna es en el Irak en donde
poseen más fuerza aunque el partido se encuentra dividido en un ala derecha — preponderante—
y un ala izquierdista. También en Túnez fue desarticulada en 1970 una conspiración
baasista y otro tanto ocurre en Egipto. En el seno mismo de la «Organización
para la Liberación de Palestina» los baasistas están representados en
«Al-Saika» (aunque esta organización, segunda en importancia dentro de la
resistencia palestina haya virado bastante a la izquierda). También en Jordania
actúa de forma más o menos clandestina el Baas obstaculizando por todos los
medios a la monarquía en la que ven personificados los intereses pro-americanos.
Michel Aflak, el fundador e ideólogo del Baas, para terminar, nos describe en
las páginas de su libro «Fi sabíl-al-Baas», la síntesis de su ideología. Dice
Aflak:
«La Nación Árabe no es una
pequeña nación sin importancia que deba alimentarse de las demás (nacionalismo
panarabista)... Toda nación posee una fuerza motriz esencial, esta fuerza motriz
fue en el momento de su aparición el Islam. Hoy es en torno al nacionalismo en
donde los árabes deben encontrar su unidad (nacionalismo de liberación)... La
doctrina marxista es un peligro para los árabes porque hace desaparecer su
personalidad nacional (anticomunismo)... El socialismo del Baas es acorde
perfectamente con la sociedad viviente de la Nación Árabe. Se limita a
organizar la economía con vistas a la redistribución de la riqueza en el mundo
árabe. Nuestro socialismo está impregnado de una filosofía que emana del medio
árabe el cual tiene sus necesidades propias, sus condiciones históricas y sus
particularidades. La filosofía del Baas no aprueba la concepción materialista
de la filosofía comunista. Nuestro socialismo se apoya en el individuo y su
libre personalidad (socialismo nacional anti-marxista)...»
Realmente pocos grupos
nacional-revolucionarios han alcanzado en Europa un grado de síntesis
ideológica al nivel del Baas sirio. Solamente los turbulentos acontecimientos
del próximo oriente, unido a los intereses imperialistas han podido matizar y
desfigurar un poco —sólo un poco— el carácter netamente neo-fascista de esta
organización panárabe. No es raro, por tanto, que un militante belga de «Jeune
Europe», Roger Coudroy, cayera bajo las balas israelíes al frente de un comando
de «Al-Assiff», atraído a la guerrilla palestina a fin de conocer mejor a los
baasistas cuyas ideas él compartía en Europa.
Extraído de "La Ofensiva Neo-Fascista" de Ernesto Cadena. Se puede consultar íntegramente online en: Scribd.
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