Seguramente lo que 
se vaya a decir se sabe o como mínimo intuye, como también se sabe y se 
repite una y otra vez los mismos temas ya manidos: que si Franco 
traicionó o dejó de traicionar, que si la derecha bastardeó y desvió la 
revolución que ahora se entiende como pendiente, que si la burguesía y 
las élites dominantes con las que se pacta para acceder al poder 
anularon cualquier intentona revolucionaria, que si José Antonio para 
arriba y para abajo, discusiones por banderas e indumentaria... Ritos y 
más ritos. Está bien honrar a los muertos pero otra cosa completamente 
distinta es anclarse en ello, hacer de un movimiento una funeraria. 
Quintanilla en el 88, a pesar de centrarse en el movimiento falangista, 
hizo un brillante análisis (1) que podemos extenderlo a todo el campo 
nacional-revolucionario (término que no es nada nuevo, quizás si en 
riqueza de contenidos por cuestión de tiempo, del cual las JONS y 
Ledesma fueron grandes exponentes). Y es que el modus vivendi se 
circunscribe a una vida larvaria y a fijar los cerebros en la literatura
 política fundacional de manera mecánica. Se podría decir que se han ido
 deslizando los movimientos y las mentes a una reacción defendida más 
que a una producción de tesis innovadoras, típicas de la juventud. Aquel
 Poder Joven del que se hablaba ya ni resuena ni se quiere oír más que 
para una retórica que ya nadie se cree, si acaso para un macarrismo 
recalcitrante. Un precedente serían las demandas jonsistas como la del 
corte según edad, mediante la cual se podría prescindir de un gran 
espectro, en su mayoría tóxico, que hay en los partidos (no es casual 
que esas medidas ya en su época molestasen a los viejos de Falange). 
Si hemos sido 
vanguardia y también bebíamos de las vanguardias de la época, ¿qué es lo
 que ha pasado hoy en día? Se pudren las ansias creativas juveniles, se 
merman por la rutina partidista, se impone una línea de las viejas 
generaciones. Lo más grave de todo es que en pleno siglo XXI, con la 
tecnología que se tiene al alcance de un click, estemos en este fango. 
El boca a boca, la circulación de propaganda, el no querer etiquetarse 
en tal o cual cosa y crear nuevas vías, nuevos símbolos y conceptos 
vitalísimos. Todo eso parece que se ha perdido y sorprende porque, 
precisamente, tendrían que crearse mil y una trincheras desde las cuales
 difundir nuevos contenidos. Esto que se dice parece un secreto a voces 
ya que los partidos se han vuelto máquinas que devoran grandes 
intenciones y ambiciones, como centros en los cuales se entrase y 
succionasen toda la energía. Máquinas de quemar gente, en definitiva. Se
 busca la provocación no como destrucción y disgregación sino como 
oxigenación de un Área que podríamos llamar ghetto, el cual traga 
juventudes a manos de auténticos vejestorios, sea por rencillas entre 
ellos o no. Hay que ir hacia una forma superior de agitación. Quizás sea
 esto el antipartido, sea todo o no sea nada. Hay muchas ideas en el 
ambiente colectivo que no son encauzadas por las vías correctas, están 
subyugadas. Tenemos mucho que aprender de todo movimiento revolucionario
 dado desde el S. XIX hasta nuestros días, sea del color que sea. 
Thiriart ya vislumbró una nueva forma de organización y movilización, 
unas nuevas vías que podríamos rastrear en muchos sitios y que podrían 
no estar muy lejos del partido de nuevo tipo que propugnaba Lenin. 
Podemos observar los movimientos que dio lugar como Lotta di Popolo.  De
 Lenin, como de otros autores, habría que aprender sin tapujos y sin 
dogmatismos, pues tal cosa como el dogmatismo no nos caracteriza(ba), 
como hacían desde el FSJ con Barricada de Octubre. Justamente gracias a 
internet deberían proliferar fanzines o cuadernillos de formación como 
nunca antes.
Se demanda la 
creación y emergencia de una contrahegemonía cultural que no puede 
crearse si no es mediante asociaciones culturales, fanzines, difusión en
 la red de material y un gran movimiento juvenil. Quizás el ejemplo más 
interesante en España fuera el movimiento basista de la primera época, 
la de los ochenta. Si hay que reventar manifestaciones de fachas, de 
franquistas maquillados que lloraban la muerte de la asquerosa Duquesa 
de Alba y se intentan colar en todos lados (véase Grupo Patriota), y de 
otros parásitos sociales, se hace. No habría ni que pensarlo dos veces y
 mucho menos decirlo. Si se pretende granjear no sólo la amistad de la 
juventud si no las amplias capas de las masas populares, ¿por qué no 
intervenir masivamente a ayudar en los desahucios? Son ideas que pueden 
ser perfiladas en la práctica, incorporarse y desterrar otras. Habrá que
 calibrar los momentos de acción y de repliegue para no perderse en la 
pura acción por la acción que nos podría conducir a la barbarie.
¡MÁS BARRICADAS DE OCTUBRE!
¡MAYOR CREACIÓN DE MOVIMIENTOS AUTÓNOMOS!
¡CONTRA LOS PARTIDOS POR EL PODER JOVEN!
NOTAS
La imagen modificada que encabeza el escrito corresponde al nº7 del fanzine Agitación de mayo del 89. La segunda también a una creación de BBAA.
(1) R. S. Quintanilla en Disidencias, 3, Barcelona, XI/XII-1988, pp. 15-22 (dossier central).
Extraído de: Jonsismo Revolucionario 


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