jueves, 19 de marzo de 2015

MULTINACIONALES


Se podría considerar como una empresa multinacional aquella que tuviera un 25% o más de participación extranjera. Una definición más completa es la dada por Brooke y Remmers, la cual dice que es aquella que realiza la mayor parte de sus operaciones, sean manufacturas o servicios, en al menos dos países.

El fenómeno de las multinacionales se inició a principios del presente siglo. Fue pujante hasta la década de los treinta en la que frenó su expansión a consecuencia de la crisis económica. Tras la II Guerra Mundial, se reinauguró el proceso con más fuerza que antes y con el sello americano principalmente.

Hay muchas causas que determinan el por qué de las multinacionales. Cuando una empresa se mueve en el mercado de un marco territorial definido, pronto se topará con un techo insuperable. Su expansión se tiene que realizar por la vía de la reducción de precios o por la de una fuerte expansión de sus gastos comerciales; vías ambas de dudosa rentabilidad. Sin embargo, puede optar por la explotación de nuevos productos y mercados vírgenes, convirtiéndose en un conglomerado empresarial e internacional.

La primera etapa de la multinacional será, por tanto, el asentamiento en nuevos países para explotar unos mercados nacionales vedados para la exportación por el proteccionismo o por los elevados costes de transportes. Hoy en día, las simples estructuras de antaño se han complicado en gran medida. Por ejemplo, se especializa la producción, multiplicándola y construyendo así un auténtico seguro anti-huelgas, dado que los componentes son intercambiables. Es decir, dado que fabrican sus productos por partes en diversos países, el que se produzca una huelga en una de sus factorías no afecta en absoluto a su economía; dado que los componentes pueden fabricarse en otro lugar. Los componentes en los que la mano de obra suponga un coste considerable serán fabricados en zonas de bajos salarios, mientras que los técnicamente completos se fabricarán donde se puedan contar con la mano de obra y técnica especializada.

El personal de una multinacional en un país determinado es natural del lugar, pero los cuadros de mando son del país original de la empresa. Para la empresa multinacional no hay fronteras ni sistema político obstáculo para sus manejos. El ejemplo más claro es el establecimiento de la Coca Cola -paladín del americanismo- en la Unión Soviética, cuna y cumbre del anticapitalismo.

Otra de las causas de la expansión de las multinacionales es la búsqueda de materias primas. Desde el punto de vista de la empresa, el aseguramiento de la fuente de suministros es importante en dos sentidos: permite una regularidad en el suministro y, al mismo tiempo, puede fijar el precio de la materia prima en el mercado internacional, manipulando los precios. Por todo lo expuesto, se podría decir que las multinacionales son las herederas del colonialismo de siglos atrás: es decir, el valor económico del neocolonialismo.

Si surge algún problema entre los intereses nacionales y los de la multinacional, ésta no duda en intervenir en política. No basta más que echar un vistazo a lo que está ocurriendo en Sudamérica, Asia o África para comprenderlo. Es triste observar como la casi totalidad de las guerras acaecidas tras la II Guerra Mundial -cuyo marco geográfico han sido los países del tercer mundo- fueron provocadas por los sentimientos imperialistas de las multinacionales.

Unos de los aspectos básicos de la empresa multinacional es el factor financiero. Al funcionar como una entidad única, es la política de la casa maestra la que fija las inversiones, su orientación y los criterios de asignación de los beneficios en función de sus intereses.

España ha sido y sigue siendo uno de los países más explotados de Europa por las garras de las multinacionales. El desarrollo industrial español desde la década de los sesenta, ha venido marcada por una subordinación económica feroz de las grandes empresas americanas y europeas. Es decir, ha sido un desarrollo basado en la explotación de una mano de obra barata; mientras que el desarrollo tecnológico y la investigación científica nacional son prácticamente inexistentes. España es ahora el taller barato de la Europa capitalista y de los Estados Unidos; y, lo seguirá siendo cada vez más gracias al vergonzoso tratado de integración en el Mercado Común.

Extraído de: Rebeldía, 4,I/III-1988, p. 10
(*) Rebeldía fue el órgano de expresión del Movimiento Autónomo Solidarista (MAS)

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