miércoles, 24 de diciembre de 2014

ANTI-IMPERIALISMO Y MUNDO MULTIPOLAR

Por Kim Il Sung


En el escenario internacional se libra hoy una fiera lucha entre las fuerzas de independencia y las dominacionistas, entre las fuerzas revolucionarias y las contrarrevolucionarias. 

Atemorizados ante el constante crecimiento de las fuerzas revolucionarias mundiales, los viejos y nuevos dominacionistas se revuelven desesperadamente para mantener su derecho a dominar.

Los imperialistas yanquis, manteniendo invariablemente su ambición de conquistar al mundo, engañan a los pueblos bajo el llamativo rótulo de la “paz”, por una parte, y, por la otra, aceleran los preparativos de guerra. Tras el telón del “desarme” siguen aumentando los armamentos, tras el telón de la “limitación de armas nucleares” continúan las pruebas nucleares, tras el telón de la “distensión” prosiguen la intervención militar. Cuanto más grave se torna su crisis económica y peor su situación, los imperialistas se aferran tanto más a las maniobras de agresión y de guerra.

Los imperialistas dirigen el filo de su agresión a los países emergentes. Un importante método que ellos emplean para agredir a los países no alineados, a los países tercermundistas, es derrotarlos por separado al dividirlos y enemistarlos. Aprovechándose astutamente de los problemas de fronteras, consecuencia de la dominación colonial, y de otros diversos asuntos complicados, tratan de meter cuña, sembrar discordia y provocar disputas y conflictos entre los países no alineados, los países tercermundistas, a fin de hacerlos pelear entre sí y sacar su provecho.

Los imperialistas, los dominacionistas, maniobran virulentamente para establecer su control político y económico sobre los países emergentes. Con diversos métodos taimados y perversos, como la amenaza y el chantaje, la conciliación y el engaño, la subversión y el sabotaje, tratan de subyugar políticamente a los nuevos Estados independientes y de tomar en sus manos las arterias económicas de los países en vías de desarrollo a título de la supuesta “ayuda” y “explotación conjunta de los países subdesarrollados”.

Los imperialistas, los dominacionistas, que están enfrascados en la expansión de su esfera de influencia, recrudecen las pugnas para colocar bajo su dominio a países del Tercer Mundo. So pretexto del “apoyo” y “protección”, se meten a porfía como en una competencia, y se inmiscuyen abiertamente en las disputas entre países tercermundistas y libran entre sí pugnas de desalojo esforzándose cada cual para mantenerlos bajo su control. Debido a las maniobras de los imperialistas, de los dominadores, hoy la situación internacional está muy tensa y complicada. Por su manipulación y conspiración, cada día ocurren actos de desestabilización, sabotaje y asesinato; surgen problemas de litigios en todas partes del mundo; y hasta se producen casos trágicos tales como que países hermanos peleen disparándose mutuamente. Como consecuencia, se han creado muchas dificultades ante los países tercermundistas y el Movimiento No Alineado pasa por una prueba.

La situación actual exige imperiosamente que los países socialistas y los no alineados, los países tercermundistas, todas las naciones oprimidas del mundo, intensifiquen aún más, unidos compactamente, la lucha contra el imperialismo y otras formas de dominación.

El dominacionismo es la corriente contrarrevolucionaria opuesta a la tendencia contemporánea que aspira al zazusong, y el blanco de la lucha común de los pueblos revolucionarios del mundo. Su esencia consiste en violar el zazusong de otros países, oprimir y controlar a otras naciones y pueblos. Se practica tanto en forma abierta sin tapujos para convertir a otros países en sus colonias y oprimirlos y explotarlos, como astutamente para dominar y controlar a otros países colocándoles por diversos métodos el lazo de dependencia. El dominacionismo se expresa tanto en países grandes como en los relativamente pequeños, tanto en países capitalistas como en otros. En una palabra, todos aquellos que tratan de controlar a otros son, independientemente de su dimensión y régimen social, fuerzas dominacionistas, y el dominar a otros, sea abierta o disimuladamente, es, por igual, práctica de dominación.

Todos los pueblos de países emergentes tienen que concentrar las flechas de ataque contra el imperialismo, contra el dominacionismo. Sólo combatiéndolos con energía, podrán consolidar su independencia nacional, alcanzar el desarrollo independiente y construir un mundo nuevo, libre de toda forma de dominación y supeditación.

Para potenciar la lucha contra el imperialismo y otras formas de dominación hay que formar un amplio frente unido de países emergentes. Este frente constituye una garantía decisiva para triunfar en la lucha contra el imperialismo, el dominacionismo. En la actualidad su formación se presenta como un problema de mucha importancia, sobre todo, porque los imperialistas y demás dominacionistas recrudecen las maniobras de división, discordia y conquista en contra de los nuevos Estados independientes.

Los países emergentes han de responder con la estrategia de unidad a estas maniobras de los dominacionistas. Los no alineados, los países tercermundistas tienen que integrarse en un amplio frente unido y destruir con acciones unísonas las maquinaciones de división, discordia y conquista de los dominacionistas de toda calaña.

Para hacerle frente al enemigo común, los países emergentes deben dar la prioridad a la unidad, subordinarlo todo a ella, unirse firmemente por encima de las diferencias de régimen social, criterio político y creencia religiosa. Estas diferencias no pueden ser, de modo alguno, obstáculos para su unidad. Ellos tienen más comunidad que diferencias, y la fuerza que los cohesiona es mayor que la que trata de separarlos.



Extracto de Aceleremos la construcción socialista enarbolando la bandera de la Idea Juche. Un informe de 1978. A pesar del tiempo transcurrido, mucho de lo que hemos publicado es perfectamente aplicable.

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