Por Álvaro Astray
1.- Lo primero, muchas gracias por aceptar la entrevista. Creemos
necesario informar a nuestros lectores más profundamente de la guerra en
Novorossia, y nada mejor que contar con alguien que ha estado sobre el terreno.
¿Cuál fue el objetivo de tu viaje a la zona?
Mi objetivo principal era el de visualizar el
conflicto sobre el terreno con mis propios ojos, mostrar apoyo al pueblo
novorusso (no todos los europeos del oeste estamos alienados por los
mass-media) y recopilar información para posteriormente hacer tareas de
contra-propaganda.
2.- ¿Cómo vive la población civil el conflicto? ¿Respeta el bando
ucraniano los acuerdos de Minsk? ¿Ataca este bando a la población civil?
La población civil se ve seriamente afectada, ya no
solo por el bloqueo económico que sufre la región, sino por el constante fuego
de artillería al que se ven sometidos los habitantes del Donbass. La constante
violación de los acuerdos de Minsk por parte de las tropas ucranianas lo
pudimos corroborar en el poco tiempo que estuvimos ahí.
Además remarcar que los Grads, obuses y morteros
ucros bombardean sistemáticamente zonas residenciales en donde no hay ni un
solo objetivo militar con la clara intención de amedrentar a una población
soberana que resiste a la ofensiva atlantista.
3.- En
cuanto al conflicto ¿es realmente un conflicto fascismo-antifascismo como dicen
algunos medios? ¿O es más bien un conflicto entre la soberanía y la dependencia
de potencias extranjeras? ¿Hay distintas ideologías conviviendo en la misma
trinchera? ¿Qué papel tiene el hegemonismo global en el conflicto?
Intentar ver el conflicto de Novorossia como una
lucha entre fascismo y antifascismo es alejarse de la realidad por la vía del
reduccionismo. Conviven en el seno de las milicias y el ejército batallones con
divergencias ideológicas palpables, principalmente destacaría la presencia de
militantes comunistas y nacionalistas.
Lo que está claramente identificado es el enemigo
común: el capitalismo anglo-sionista y sus lacayos de Kiev, tontos útiles que
juegan el mismo papel que el DAESH en Siria, que no es otro que el de hacerle
el trabajo sucio a la mafia mundialista.
4.- ¿Qué opina la población local sobre los extranjeros que han ido a
colaborar –ya sea militar o civilmente-?
Al principio, como es lógico, puedes suscitar
cierta desconfianza. Pero en cuanto entienden el objetivo de tu viaje valoran
muy positivamente el hecho de que vengas desde tan lejos a colaborar/implicarte
en su lucha. De hecho se utiliza a los voluntarios extranjeros a modo de
ejemplo para los nativos que adoptan actitudes pasivas y de no implicación en
la defensa de su tierra.
5.- ¿De qué manera se puede
ayudar a la población civil desde España?
Ayudar difundiendo la verdad sobre el conflicto,
hacerle contrapoder a los mass-media. Luego está el envió de ayuda humanitaria,
medica y de material táctico. Y por supuesto todo aquel que pueda subir tanto
al frente como en la retaguardia ya sea a combatir o en tareas de apoyo.
6.- ¿Hay una opinión favorable más a la
independencia, o a la reunificación con Rusia?
La mayoría de la gente (al menos con la que he
podido establecer dialogo) estaría a favor de la reunificación con la
Federación Rusa. Se puede observar por las calles numerosas banderas rusas así
como retratos y camisetas de Putin, la preferencia por el rublo antes que por
la grivna y el uso mayoritario del ruso en detrimento del ucraniano.
Todo ello da claras muestras del sentimiento de
pertenencia a Rusia que tienen los habitantes del Donbass y la intención de
formar parte de la Federación Rusa tal y como ha sucedido con la península de
Crimea.
7.- ¿Qué destacas de tu
estancia en Novorossia?
El estoicismo del pueblo novorruso, la capacidad de
resistencia en la lucha. El
respeto a sus símbolos, historia y sagrada tradición ortodoxa. También la clara
identificación del enemigo material del pueblo (OTAN, FMI, UE…) y sobretodo
destacar el sentido comunitarista/solidarista y de rechazo a los valores
decadentes que rigen actualmente Occidente.
Publicado originalmente en el Semanario Utopía número 5.
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