Por Ernst Jünger
Vamos a contentarnos con la
sospecha de que en una ciudad de diez mil habitantes hay cien personas que
están decididas a demoler la violencia. En una ciudad de un millón de
habitantes viven diez mil "emboscados", esto representa un poder
enorme. Basta para derribar incluso a tiranos muy poderosos, en tal situación
resultará inquietante la disposición a la lucha de minorías minúsculas, sobre
todo si han desarrollado una táctica.
De un hombre que vota
"no" en unas, así llamadas "elecciones en favor de la paz"
cabrá aguardar que ofrezca oposición en cualesquiera circunstancias y de modo
especial cuando pasan apuros los dueños de la violencia. En cambio, no existe
en absoluto la misma seguridad de que se mantenga el aplauso de los otros
noventa y nueve si las cosas empiezan a tambalearse. En tales circunstancias la
minoría se asemeja a un virus que causa un efecto enorme, imposible de
calcular, y que impregna la totalidad del Estado.
De su libro La Emboscadura
Extraído de: Bandera Negra
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