miércoles, 24 de junio de 2015

CARTA AL PUEBLO ESTADOUNIDENSE ACERCA DE UCRANIA

Por Alexander Dugin


En esta difícil hora de serios problemas en nuestras fronteras occidentales, me gustaría dirigirme al pueblo estadounidense con el fin de ayudarle a comprender mejor la posición de nuestros patriotas rusos, que es compartida por la mayoría de nuestra sociedad.

Diferencia entre los dos significados de ser estadounidense (desde el punto de vista ruso)

1. Nosotros distinguimos entre dos cosas diferentes: el pueblo Estadounidense y la élite política estadounidense. Amamos sinceramente al primero y odiamos profundamente a la segunda.

2. El pueblo estadounidense tiene sus propias tradiciones, hábitos, valores, ideales, opciones y creencias que le son propias. Éstas conceden a cada uno el derecho a ser diferente, a elegir libremente, a ser lo que uno quiera ser y pueda ser o llegue a convertirse. Es una característica maravillosa. Da fuerza y orgullo, amor propio y confianza. Nosotros los rusos admiramos eso.

3. Pero la élite política estadounidense, sobre todo a nivel internacional, es y actúa totalmente al contrario de esos valores. Ellos insisten en la conformidad y consideran el estilo de vida norteamericano como algo universal y obligatorio. Ellos niegan a otros pueblos el derecho a la diferencia, imponen a todos los estándares de la llamada “democracia”, el “liberalismo”, los “derechos humanos”, etc., que en muchos casos no tienen nada que ver con el conjunto de valores compartidos por la sociedad no-occidental o simplemente no-estadounidense. Hay una contradicción obvia entre los ideales internos y los estándares de Estados Unidos. A escala nacional el derecho a la diferencia está asegurado, pero internacionalmente es negado. Así, pensamos que algo anda mal con la élite política estadounidense y sus dobles estándares, donde los hábitos se convirtieron en las normas y las contradicciones son tomadas como lógicas. No podemos entenderlo, ni tampoco podemos aceptarlo: parece que la élite política estadounidense no es estadounidense en absoluto.

4. Entonces, aquí está la contradicción: el pueblo estadounidense es esencialmente bueno, pero la élite estadounidense es esencialmente mala. Lo que sentimos con respecto a la élite estadounidense no debería ser aplicado al pueblo estadounidense y viceversa.

5. A causa de esta paradoja no es tan fácil para un ruso expresar correctamente su actitud hacia los Estados Unidos. Podemos decir que lo amamos, y podemos decir que lo odiamos, porque ambas afirmaciones son verdaderas. Pero no es fácil expresar siempre esta distinción claramente. Esto crea muchos malentendidos. Pero si usted quiere saber lo que los rusos realmente piensan de los Estados Unidos debería tener siempre presente esta observación. Es fácil manipular esta dualidad semántica e interpretar el anti norteamericanismo de los rusos en un sentido impropio. Pero con esta aclaración en mente todo lo que usted escuche de nosotros será mucho mejor entendido.
Una breve revisión de la historia rusa

1. La nación estadounidense nació con el capitalismo. No existía en la Edad Media. Los antepasados de los estadounidenses no habían experimentado una Edad Media estadounidense, sino una europea. Ésta es una característica de los Estados Unidos. Tal vez sea la razón de por qué los estadounidenses piensan sinceramente que la nación rusa nació con el comunismo, con la Unión Soviética. Pero esta es una idea completamente errónea. Somos mucho más antiguos que eso. El período soviético fue sólo una corta época en nuestra larga historia. Existíamos antes de la Unión Soviética y existimos después de la Unión Soviética. Así, a fin de entender a los rusos (y a los ucranianos también) usted debería tener en consideración nuestro pasado.

2. Los rusos consideran a Ucrania como parte de la Gran Rusia. Esto fue históricamente así, no por la conquista sino por la génesis del Estado ruso que comenzó precisamente en Kiev. Alrededor de Kiev fueron construidos nuestro pueblo y nuestro Estado en el siglo IX. Es nuestro centro, nuestra primera amada capital. Más tarde, en los siglos XII-XIII diferentes partes de la Rusia de Kiev fueron más o menos independientes, con dos rivales principales: los principados occidentales de Galitzia y Wolyn, y el principado oriental de Vladimir (que más tarde se convirtió en Moscú). Todas estas áreas fueron pobladas por la misma nación, eslavos orientales, todos los cuales eran cristianos Ortodoxos. Pero los príncipes de Occidente estaban más involucrados en la política europea, y tuvieron un contacto más directo con el cristianismo occidental y relativamente menos con las ramas orientales. El título de Grandes Príncipes fue mantenido en el Este por la realeza, los cuales eran considerados como los señores de toda Rusia (no siempre de facto sino de jure). En el período mongol, tanto el oeste como el este de nuestros principados rusos estuvieron bajo el dominio de la Horda de Oro. Rusia Oriental era más o menos sólida, y su poder creció alrededor de la nueva capital, Moscú. Después de la caída de los tártaros el gobierno del principado de Moscú se afirmó a sí mismo como un dominio hegemónico regional que fue confirmado por la caída del Imperio bizantino. De aquí surge la doctrina de Moscú como la Tercera Roma.

El destino del área occidental fue completamente diferente. Fue incorporada primero en un Estado lituano que más tarde se convirtió en polaco. Los rusos occidentales ortodoxos fueron puestos bajo dominio católico. Los principados principales anteriores, Galitzia y Wolyn, fueron fragmentados y perdieron cualquier vestigio de independencia. Algunas partes estaban bajo Lituania, otras bajo Austria y Hungría, y una tercera pertenecía a Rumania. Pero todo lo que nos interesa ahora es sólo la parte oriental de la Ucrania moderna. El lado occidental fue poblado por cosacos, la población nómada común a todas las tierras de Novorossia, espacio que incluye el este y el sudeste de Ucrania y el sudoeste de Rusia. Crimea estaba entonces bajo dominio otomano.

3. El crecimiento del imperio moscovita integró primero todas las tierras cosacas (Novorossia) y poco a poco otros territorios poblados por rusos occidentales, liberándolos de los polacos y de los germanos. Los príncipes moscovitas creían que estaban restaurando la Antigua Rusia, la Rusia de Kiev, uniendo a todos los eslavos ortodoxos, orientales y occidentales, en este reino único.

4. Durante los siglos XVIII y XIX se llevó a cabo la unificación de las tierras rusas occidentales, y tras muchas batallas los emperadores moscovitas habían arrebatado finalmente Crimea a los turcos otomanos.

5. En la Primera Guerra Mundial los alemanes conquistaron las tierras rusas occidentales. Esto no duró mucho tiempo. Después de eso vino la Revolución de Octubre, y el Imperio fue dividido en muchas partes, con el nacimiento de nuevas naciones. Hubo un intento de construir una nación ucraniana por diferentes personas —Petlyura, Makhno y Levitsky, quienes intentaron fundar tres estados efímeros. Estos estados fueron atacados por rusos blancos y rojos y lucharon entre sí. Finalmente los bolcheviques restauraron las tierras del imperio zarista y proclamaron la Unión Soviética. La Unión Soviética creó luego artificialmente la República de Ucrania, constituida por Rusia occidental (Galitzia, Wolyn) y Rusia del Sur (Novorossia). Más tarde, en los años 60 del s. XX, se añadió la República de Crimea. Así, en esta república fueron unidos tres grupos étnicos principales: rusos occidentales, descendientes de los principados de Galitzia y Wolyn; la población de cosacos y de la Gran Rusia de Novorossia; y la Crimea poblada por rusos de la Gran Rusia y el resto de los tártaros pre-rusos. Esta República Socialista Soviética de Ucrania fue creada por los bolcheviques y fue el origen de la Ucrania moderna. Esta Ucrania declaró la independencia en 1991 después de la división de la URSS. Más que eso, la declaración de independencia provocó esta división.

6. Así que los ucranianos modernos tienen tres líneas de descendencia: la ruso occidental, los cosacos, la gran rusa y una pequeña minoría de tártaros de Crimea.

La identidad ucraniana y las dos opciones geopolíticas

1. La contradicción de Ucrania consiste en la multiplicidad de identidades. Justo después de la declaración del nuevo Estado —la Ucrania moderna, en 1991— surgió la cuestión de la identidad pan-ucraniana. Tales Estado y nación nunca existieron en la Historia, así que la nación tuvo que ser construida. Pero las tres identidades principales eran muy diferentes. La Crimea poblada por rusos de la Gran Rusia, junto con la mayor parte de Novorossia, fueron claramente atraídos hacia la Federación Rusa. Los rusos occidentales, por su parte, afirmaron ser el núcleo de una “nación ucraniana” muy específica que ellos imaginaron a fin de que sirviera a su causa. Los rusos occidentales, que en parte apoyaron a Hitler en la Segunda Guerra Mundial (Bandera, Shukhevich) poseían y todavía poseen una fuerte identidad étnica, donde el odio hacia los rusos de la Gran Rusia (así como hacia los polacos a menor escala), desempeña un papel central. Esto puede remontarse a la rivalidad pasada de los dos principados feudales rusos proyectados en tiempos imperiales, seguido por las purgas de Stalin. Estas purgas fueron dirigidas contra todos los grupos étnicos, pero los rusos occidentales las interpretan como la venganza de los rusos de la Gran Rusia contra ellos (Stalin era georgiano y los bolcheviques eran internacionalistas). Así que la identidad elegida del recién creado Estado de Ucrania fue exclusivamente la rusa occidental (puramente estilo Galitzia/Wolyn) sin lugar para una identidad de Novorossia y de la Gran Rusia.

2. Esta particularidad se expresó en dos opciones geopolíticas opuestas: occidental u oriental, Europa o Rusia. Las tierras occidentales de Ucrania estaban a favor de la integración europea, y las del Este y Crimea a favor de estrechar relaciones con Rusia. Los hombres de Galitzia eran dominantes en la élite política, presentando una Ucrania con sólo una identidad —una occidental— y negando cualquier intento del sur y del este de expresar su propia visión. En la Ucrania occidental el anti-sovietismo estaba profundamente arraigado, así como cierta complacencia con las ideas de Bandera y Shukhevich, quienes fueron considerados como héroes nacionales de una nueva Ucrania. El odio hacia los rusos de la Gran Rusia era dominante, y toda la retórica xenófoba anti-rusa era saludada con entusiasmo.

3. En el este y el sur los valores soviéticos eran aún sólidos y la identidad de la Gran Rusia era a su vez el sentimiento mayoritario. Pero el este y el sur eran pasivos y su poder político fue limitado. Aún así la población expresaba con regularidad su elección, votando a políticos pro-rusos o al menos no tan abiertamente rusófobos o pro-occidentales.

4. El desafío para los políticos ucranianos era por lo tanto cómo mantener unida esa sociedad contradictoria, siempre en equilibrio entre estas dos partes opuestas. Cada parte demandó opciones completamente irreconciliables. Los ucranianos occidentales insistieron en una dirección europea, y los orientales y los del sur en una rusa. Todos los presidentes de la nueva Ucrania eran impopulares, casi hasta el punto de ser odiados precisamente porque eran absolutamente incapaces de resolver este problema, que no tenía ninguna solución. Si usted complace a una mitad de la población, inmediatamente es odiado por la otra mitad. En esta situación, los ucranianos occidentales eran más activos y vigorosos, y en parte lograron imponer su versión de una identidad pan-ucraniana en todo el espacio político del país, con la ayuda considerable de Europa occidental, y sobre todo de los EEUU.

Los acontecimientos y su significado

1. Ahora nos aproximamos a la crisis actual. La Revolución Naranja de 2004 fue hecha por ucranianos occidentales que desafiaron la victoria legal de Victor Yanukovitch, que era considerado el candidato del Este. Una tercera ronda de elecciones (contra todas las normas democráticas) fue revolucionariamente impuesta a fin de dar el poder al candidato occidental (Yustchenko). Cuatro años más tarde, las nuevas elecciones dieron al presidente occidental sólo el 4% de los votos, y el candidato del Este, Yanukovitch, fue elegido. Esta vez su victoria fue tan obvia que nadie podía desafiarlo.

2. Yanukovitch dirigió una política de equilibrio. Él no era realmente pro-ruso, pero tampoco respondió a todas las demandas de Occidente. No fue muy afortunado ni eficaz, tratando de engañar a Putin y a Obama, decepcionando a ambos así como a los ucranianos de cualquier bando. Fue un oportunista sin una verdadera estrategia integral, que era casi imposible desarrollar en una sociedad con una doble personalidad y una identidad dividida. Él reaccionó más que actuó.

3. Después, cuando dio un paso vacilante y reticente hacia Rusia, absteniéndose de firmar el tratado de preparación para una entrada distante en la Unión Europea, la oposición (los ucranianos occidentales) se rebeló. Ésa fue la razón de que el Maidan [una plaza y luego un movimiento] fuera fundado. La rebelión fue inicialmente la del Oeste contra el Este y el Sur. Así que sus características rusófobas y nostálgicas de los nacionalsocialistas son esenciales para su existencia.

4. La oposición recibió un enorme apoyo de los países occidentales, sobre todo de los Estados Unidos. El papel de los EEUU en todos estos acontecimientos fue decisivo, y la voluntad de los representantes estadounidenses de derrocar a un presidente pro-ruso se mostró firme y fuerte. Ahora se conoce el hecho de que los francotiradores que mataron a la mayor parte de las víctimas en el amotinamiento no eran de Yanukovitch. Está claro que eran parte del plan de los EEUU para la revolución en Ucrania, y parte de un complot para intensificar el conflicto.

5. La oposición del Maidan emprendió la revolución, derrocó a Yanukovitch, quien huyó del país hacia Rusia, y de manera totalmente ilegal secuestraron el poder en Kiev. Hubo un golpe de Estado ilegal que llevó al poder a una junta completamente ilegal.

6. Los primeros pasos de los ucranianos occidentales después de la toma del poder fueron:
— Una declaración de su deseo de entrar en la OTAN.
— Ataques contra el uso de la lengua rusa.
— Una petición para ser aceptados en la Unión Europea.
— Un rechazo a que Rusia siguiera teniendo una base naval en Sebastopol (Crimea).
— La designación de magnates corruptos como gobernadores en la Ucrania del Este y del Sur.

7. En respuesta a estas cosas, Putin tomó el control de Crimea en base a los decretos del único presidente legal de Ucrania, Yanukovitch. También recibió del Parlamento ruso la potestad de desplegar en Ucrania al ejército ruso. Las autoridades de Crimea fueron reconocidas por Moscú como las representativas de sus tierras, y Putin ha rechazado claramente cualquier relación con la junta de Kiev.

8. De esa manera ahora estamos aquí.

El pronóstico a corto plazo

1. ¿A dónde conducirá esto? Lógicamente Ucrania, tal y como lo fue durante los 23 años de su historia, ha dejado de existir. Es irreversible. Rusia ha integrado a Crimea y se ha declarado garante de la libertad de elección del este y el sur de Ucrania (Novorossia).

2. Así que en un futuro próximo tendrá lugar la creación de (al menos) dos entidades políticas independientes correspondientes a las dos identidades mencionadas antes: Ucrania occidental, con su posición a favor de la OTAN y al mismo tiempo con una ideología ultranacionalista, y Novorossia, con una orientación pro-rusa -y pro euroasiática- (aparentemente sin ninguna ideología, tal y como la propia Rusia). El oeste de Ucrania protestará tratando de mantener el control sobre el este y el sur. Esto es imposible por medios democráticos, por lo que los nacionalistas tratarán de usar la violencia. Después de un cierto tiempo crecerá la resistencia del este y del sur y/o Rusia intervendrá.

3. Los Estados Unidos y los países de la OTAN apoyarán por supuesto a los ucranianos occidentales y a la junta de Kiev. Pero en realidad esta estrategia sólo empeorará la situación. La esencia del problema está aquí: si Rusia interviene en los asuntos de un Estado cuya población (la mayoría) considera dicha intervención como ilegítima, la posición de los EEUU y de los estados de la OTAN sería natural y bien fundada. Pero en esta situación la población del este y del sur de Ucrania da la bienvenida a Rusia, la espera, suplica para que Rusia intervenga. Hay una especie de guerra civil en Ucrania ahora. Rusia apoya abiertamente al este y al sur. Estados Unidos y la OTAN respaldan al oeste. Los ucranianos occidentales están tratando de conseguir toda Ucrania para afirmar que no toda la población del este y del sur es feliz con Rusia. Eso es completamente cierto. También es cierto es que no toda la población del oeste es feliz con el partido Sector Derecho, Bandera, Shukhevich y el gobierno de los magnates. Así que si Rusia invadiera las partes occidentales de Ucrania o Kiev, aquello podría ser considerado como una especie de agresión ilegítima. Pero la misma agresión es, en las actuales circunstancias, la posición de EEUU, que se esfuerza por ayudar a la junta de Kiev a tomar el control del este y del sur. Esto es percibido como un acto ilegítimo de agresión y provocará una fiera resistencia.

Conclusión

1. Ahora, lo que yo le diría al pueblo estadounidense. La élite política estadounidense ha tratado en esta situación, así como en muchas otras, de hacer que los rusos odien a los estadounidenses. Pero ha fallado. Nosotros odiamos a la élite política estadounidense que lleva la muerte, el terror, la mentira y el derramamiento de sangre a todas partes: en Serbia, en Afganistán, en Iraq, en Libia, en Siria, y ahora en Ucrania. Odiamos a la oligarquía global que se ha apoderado de los Estados Unidos y lo usa como su instrumento. Odiamos el doble rasero de su política, en la que llaman “fascistas” a ciudadanos inocentes que no tienen ninguna característica que se parezca a la ideología fascista, y simultáneamente niegan a los hitleristas declarados y a los admiradores de Bandera la calificación de “nazi” en Ucrania. Todo lo que la élite política estadounidense dice o crea (con pequeñas excepciones) es una gran mentira. Y odiamos esa mentira porque las víctimas de esta mentira no somos sólo nosotros mismos, sino también ustedes, el pueblo estadounidense. Ustedes les creen, ustedes votan por ellos. Ustedes tienen confianza en ellos. Pero ellos los engañan y traicionan.

2. No tenemos ningún pensamiento o deseo de hacer daño a los Estados Unidos. Estamos lejos de ustedes. Estados Unidos es para los estadounidenses, como el presidente Monroe solía decir. Para los intereses estadounidenses y no para otros. No para los rusos. Sí, esto es completamente razonable. Ustedes quieren ser libres. Ustedes y todos los otros lo merecen. ¿Pero qué demonios hace usted, Victoria Nuland, en la capital de la antigua Rusia?. ¿Por qué interviene usted en nuestros asuntos internos? Seguimos la ley y la lógica, las líneas de la Historia y respetamos las identidades y las diferencias. Esto no es un asunto estadounidense. ¿Lo es?.

3. Estoy seguro de que la línea de separación entre los estadounidenses y la élite política estadounidense es muy profunda. Cualquier estadounidense honesto que estudie con calma el caso llegará a la conclusión: “Dejad que decidan por sí mismos. No somos similares a estos rusos extraños y salvajes, pero dejamos que sigan su propio camino. Y nosotros vamos a seguir nuestro propio camino”. Pero la élite política estadounidense tiene otra agenda: provocar guerras, mezclarse en conflictos regionales, incitar el odio de grupos étnicos diferentes. Las élites políticas estadounidenses sacrifican al pueblo estadounidense por causas que están lejos de ustedes, vagas, inciertas y finalmente muy, muy malas.

4. El pueblo estadounidense no debería decidir estar con los ucranianos (rusos occidentales – Galitzia, Wolyn), o con los rusos (de la Gran Rusia). No es ese el caso. Esté con Estados Unidos, con los Estados Unidos reales, con sus valores y su gente. Ayúdense a ustedes mismos y déjennos ser lo que somos. Pero la élite política estadounidense toma las decisiones en vez de ustedes. Los miente, los des-informa. Muestra fotografías falsas y eventos falsamente escenificados con explicaciones completamente imaginadas y comentarios idiotas. Ellos mienten sobre nosotros. Y mienten sobre usted. Ellos le dan a usted una imagen distorsionada de usted mismo. La élite política estadounidense ha robado, ha pervertido y ha falsificado la identidad estadounidense. Y ellos hacen que nosotros los odiemos a ustedes y que usteden nos odien.

5. Ésta es mi idea y mi sugerencia: odiemos a la élite política estadounidense juntos. Combatámosla por nuestras identidades, ustedes por la estadounidense, nosotros por la rusa, pero el enemigo es en ambos casos el mismo: la oligarquía global que gobierna el mundo usándolos a ustedes y destruyéndonos. Rebelémonos. Resistamos. Juntos. Rusos y estadounidenses. Somos el pueblo. No somos sus marionetas.

(Traducción: Página Transversal)

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