jueves, 5 de febrero de 2015

¿ES NECESARIO NACIONALIZAR LA BANCA EN EL ESTADO NACIONAL-SINDICALISTA?

Jorge Garrido San Román


El asunto de si la nacionalización de la banca es o no un dogma doctrinal del Nacionalsindicalismo, no es ni mucho menos baladí, aunque eso en términos prácticos sea en realidad secundario.

Posiblemente no sea propiamente un dogma ideológico, y posiblemente el dogma que subyace en ese planteamiento no sea otro que el de garantizar que el capital y el servicio de crédito estén al servicio de la economía nacional, en vez de al servicio de intereses económicos privados. Lo que no me queda muy claro es lo siguiente: si el Estado Nacionalsindicalista únicamente despojará sus negocios a la banca comercial (es decir, capitalista), ¿no estaríamos adoptando medidas aún peores en sus consecuencias que la propia nacionalización? Me explico: una corporación bancaria no podría invertir en acciones de empresas (estarían sindicalizadas), el crédito productivo y con fines sociales sería nacional, los fondos de pensiones pasarían a ser de la Seguridad Social (con la complicación añadida de que suelen estar invertidos en acciones y otro tipo de productos financieros, tanto nacionales como extranjeros), tampoco le sería posible especular con bienes inmobiliarios (otra importante fuente de financiación), etc. ¿Me puede explicar alguien dónde está entonces el negocio?

 Es curioso, pero quienes proponen una especie de Nacionalsindicalismo sin nacionalización de la Banca, en realidad suelen proponer -supongo que sin querer- nada más y nada menos que asfixiar económicamente a la Banca privada, con el consiguiente trastorno económico general. Es como lo que hizo Mitterrand en Francia o Alán García durante su primer mandato en Perú: como no se atrevieron a nacionalizar toda la Banca de golpe, empezaron poco a poco y con preaviso… con el lógico desastre consiguiente, claro.

Luego está otro aspecto, no precisamente nimio, por cierto, de la soberanía económica. Yo no puedo entender cómo una nación puede ser soberana económicamente (lo que no quiere decir que deba ser autárquica, ojo) si no lo es financieramente. Y si la principal fuente de financiación de los proyectos económicos y sociales, que es la Banca, no es nacionalizada al igual que la moneda (y hoy en España ninguna es nacional) y se deja en manos privadas, ¿alguien me puede explicar cómo se la puede obligar a utilizar sus recursos sin esperar beneficios importantes y pensando únicamente en el bien común?  No sé, es posible que alguien pueda tener las suficientes dotes de persuasión para convencer a Botín y compañía de que eso es lo correcto, pero no sé por qué me da a mí que lo que va a pensar en un trance como ese es cómo emplear sus ingentes recursos para conspirar contra un proceso revolucionario que no le beneficiaría demasiado… ¿Se puede dejar un arma tan importante en manos de los principales enemigos de la Revolución Nacionalsindicalista? (¿se puede esperar que los terroristas de la ETA se vuelvan buena gente aunque les dejemos con las pistolas que ahora tienen?). Yo creo que no, y si no se trata de un dogma ideológico, que es posible que propiamente no lo sea, y que sea una propuesta más bien programática, sí es cuanto menos una consecuencia lógica del proceso revolucionario que a mí me parece hoy por hoy incuestionable.

Además, si eso no se hace así, ¿me puede explicar alguien de dónde van a salir los ingentes recursos necesarios para costear la Revolución, es decir, para sindicalizar las empresas, nacionalizar los fondos de pensiones, etc.?

Luego están los que dicen: ¿cómo se va a nacionalizar la Banca en pleno siglo XXI? Nunca olvidaré una interesante charla que tuve hace unos años con dos importantes directivos de la Banca española precisamente sobre este tema. Uno me reconocía que técnicamente era algo complicado, pero perfectamente posible, aunque en la realidad nunca se haría porque los grandes banqueros jamás tolerarían algo semejante y sólo una época revolucionaría podría contrarrestar el enorme poder que tienen para evitarlo. El otro no se podía ni hacer a la idea de que la nacionalización fuera posible, así que centré mi conversación con él. Yo le pedía argumentos técnicos que hicieran inviable una nacionalización de la Banca, pero él sólo era capaz de decirme cosas como que “no me puedo imaginar una cosa así”, “es que eso es una barbaridad”, “no es posible”, etc. Yo le insistía una y otra vez en que me demostrara con razones y argumentos que efectivamente no era posible, pero era incapaz. No encontraba argumentos porque sencillamente era un escenario el que yo le planteaba que rompía totalmente sus esquemas. No podía aceptarlo y punto, aunque no supiera explicar muy bien por qué.

El primer directivo me explicó algunas de las dificultades de nacionalizar el sistema bancario, pero aunque él tenía dudas de cómo podría funcionar un modelo alternativo por falta de referencias prácticas actuales, sí me reconocía que en teoría no sólo era perfectamente posible, sino que tendría algunas disfunciones menos que el modelo actual. Esta opinión me la han repetido otros muchos después, aunque he de reconocer que la otra también me la han repetido otros, aunque aún ninguno me ha dado una argumentación de inviabilidad. No sé, si alguno me la da y me convence a lo mejor cambio de opinión, pero de momento sigo sin considerar posible una Revolución Nacionalsindicalista sin nacionalizar la Banca.

Extraído de Junta Sindicalista

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